En el año 2013, el Pleno del ayuntamiento de Sagunto, aprobó un convenio con la empresa Lafarge, que cerraba una larguísima negociación con la que se pretendía la creación del paraje natural de Romeu, garantizando al mismo tiempo, la actividad de la cementera. Este acuerdo fue aprobado por PP, PSOE e IP, que sumábamos por aquel entonces 18 de los 25 concejales de la corporación. Con semejante apoyo, nada hacía presagiar lo que ocurriría dos años más tarde.
En las elecciones del 2015, por motivos que no voy a entrar a analizar, el PSOE perdió la mitad de sus apoyos, quedando con tan solo tres concejales. Acabó entrando en el gobierno municipal junto a Compromís, ADN y EU, grupos todos ellos, contrarios al convenio suscrito años atrás. Y fue así como tras una legislatura llena de polémicas con la empresa, este equipo de gobierno rompió todo lazo de concordia con Lafarge.
Como colofón, el pasado mes de marzo, el Consell aprobó la creación del paraje natural de Romeu, sin tener en cuenta lo que recogía el convenio, cercenando cualquier futuro a medio plazo, para la continuidad de la actividad de la cementera.
Ayer lo expliqué en el pleno; no estoy de acuerdo con Compromís o EU, pero en realidad ellos no han engañado a nadie, puesto que, con sus planteamientos, siempre han perseguido el cierre de Lafarge. Sin embargo, en este punto concreto me siento traicionado por el PSOE. Ellos cambiaron en tan solo dos años su posición respecto al convenio y, con este cambio, pueden poner de patitas en la calle a cientos de trabajadores. Esta es la fiabilidad que tiene el partido más votado en las últimas elecciones.
Así lo reflejé ayer en mi intervención en el Pleno, puesto que fue el PSOE el que le dio la mayoría necesaria al anterior alcalde, para incumplir el convenio. Iniciativa Porteña ha aguantado el tipo ante las presiones recibidas y estoy seguro de que al final, esa legalidad que ellos aseguran defender les hará darse de bruces con la realidad. Ellos decidieron cargarse el convenio, en una decisión unilateral, que puede que sirva para proteger ese paraje, pero que al mismo tiempo tendrá un coste social tremendo, y probablemente nos cueste unos cuantos millones de euros si la empresa hace valer sus derechos ante la justicia. El tiempo dará o quitará razones…
