Elecciones locales

Viernes, 24 Mayo 2019 14:06

Se acerca el final de la legislatura local. Las elecciones municipales se celebrarán en toda España el próximo 26 de mayo de 2019, es decir, dentro de dos días, haciéndolas coincidir con las elecciones al Parlamento Europeo, que se celebrarán en esa fecha; y ese mismo día se celebrarán también otras elecciones de diferente ámbito administrativo, como las elecciones autonómicas de trece comunidades autonómicas de España (todas excepto Andalucía, Cataluña, País Vasco, Comunidad Valenciana y Galicia). A estos comicios hay que añadir la elección de las personas que representarán a las diputaciones provinciales (que las eligen los partidos políticos), los Consejos Insulares de Mallorca, Menorca, Ibiza y Formentera; los Cabildos Insulares (El Hierro, Fuerteventura, Gran Canaria, Gomera, La Palma, Lanzarote y Tenerife) y las Juntas Generales (Álava, Guipúzcoa y Vizcaya).

Es la hora de hacer balance de la gestión de nuestros munícipes en estos años en los que la política ha estado presente en nuestras vidas con mayor o menor amplitud, pero siempre de una forma importante, aunque haya muchos que digan que «pasan» de la política, lo cual es una forma diferente de hacer política; pero no les falta razón cuando dicen que los políticos sólo están ahí para llenarse los bolsillos, en muchos casos porque no tienen una profesión fija o están en el paro, y ser concejal es una forma de tener aseguradas «las habichuelas»; por eso, como ya han indicado algunos, tendría que haber alguna norma que indicara que para entrar en política se tendría que tener una profesión concreta, vivir de ella y, en todo caso, renunciar al salario para poder dedicarse plenamente a la actividad política, pero no es así. Lamentablemente.

Muchos de nuestros representantes políticos se apresuran a contar las bondades (o las grandezas) de su gestión, de la misma forma que los miembros de la oposición critican la labor de los elegidos. Sin embargo me gustaría escuchar una crítica que nunca llega a nuestros oídos. Me gustaría que los que nos gobiernan hicieran autocrítica a su gestión, y que los que han estado en la oposición valoraran lo positivo que el político de turno (sea alcalde o concejal) ha hecho durante su mandato. Creo que sería una forma auténtica de encauzar la actividad política, de estimular a los que nos gobiernan, simplemente para que, cuando éstos estén en la oposición, hagan lo propio; pero tampoco es así. Los gobernantes se autoalaban y la oposición critica de una forma feroz al gobierno. ¿Es esa la labor que esperamos de nuestros políticos? ¿Queremos unos políticos que sólo vean virtudes en la gestión de su partido y maldades, corrupción, ostentación o derroche en la gestión de sus adversarios? Está claro que tiene que haber alguien que ponga los puntos sobre las íes, y que cuando algún munícipe haga algo mal lo diga, pero ¿no se hace nada bien a los ojos ajenos?

Hay una cosa muy curiosa, algo que me parece lamentable, y es que en cuanto unos gobernantes dejan su sillón, empiezan a criticar lo que «no hacen» los que acaban de llegar, cuando ellos han estado ahí hasta hace «cinco minutos» y no se han preocupado de resolver lo que quieren que hagan de inmediato los nuevos.

Las campañas electorales tienen eso, pero quizá deberían servir para otra cosa, justamente para lo contrario, aunque hay gente que está haciendo campaña electoral permanentemente, porque aprovecha la más mínima opción, la más mínima grieta o el menor resquicio para criticar al adversario y decir lo bien que lo hicieron ellos cuando estaban en el poder, aunque sea mentira, pero, claro, la falsedad, la mentira, parece que sea una cualidad inherente al talante político, por lo menos al talante de determinados políticos, como lo es el salir en la foto de cualquier acto.


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