Des-concierto

Lunes, 20 Mayo 2019 16:40

No sé si estoy equivocado, o no; si percibo bien, o no; si me llegan datos suficientes, o no; si soy parte interesada; que sí. Ante el desconcierto de la Educación hoy en día; la evidencia de que la Cultura está contra la Escuela; la participación democrática en los centros no universitarios está por los suelos (y prostituida en parte al poder político); existe un cada vez mayor desencuentro entre la profesión docente y la llamada (mal llamada) comunidad escolar; y  a la luz de las investigaciones de Basil Bernstein llevadas a cabo en Inglaterra allá cuando Paco expiró, cuando todavía por aquí “no éramos Democracia”, centradas en las “interrelaciones existentes entre clase social, nivel de utilización del lenguaje y socialización del niño _y niña_ en la educación primaria, creo que “YO ELIJO”, también.

Es normal que en época de feria de elecciones que legitimen al Sistema salgan a la palestra los candidatos (en busca de un sueldo que no encuentran allí), los creadores de opinión (inductores de la opinión), los gurús ideológicos (tipo obispos e “influencers”), los empresarios (ávidos de plusvalías), y los “retuerce-lenguajes” (con sus códigos, su clase y su necesidad de control, para perpetuar sus privilegios).  Todos ellos recurriendo a vocablos, conceptos, imágenes, códigos exprimidos al máximo, des-dibujándolos, dándoles la vuelta como a un calcetín. Todo para salirse con la suya. Si lo centramos ya en el tema Educativo, en la Enseñanza; en nuestro País, Comunidad o Municipio, nos aproximamos, en pleno proceso de admisión (y trasiego) de “clientes” para la enseñanza básica sostenida con fondos públicos, a lo que quisiera expresar aquí.

Si la “progresía” variada, descafeinada, dulce, ávida de palmaditas en la espalda, mimara a la Enseñanza Pública; a la que está obligada a asegurar el derecho a la Educación y Enseñanza Básica de cada ser humano que habita bajo sus dominios; sin segregaciones, sin privilegios, sin cribas, sin camelos, sin impunidades; si elevara su nivel de calidad y satisfacción, con infraestructuras, personal, medios, ratio, motivaciones, etc., no tendría necesidad de hacer caso  a los defensores interesados de la “libertad” (primera prostitución del lenguaje) de enseñanza, el derecho a la elección de educación (segundo atentado)  que quieren “para sus hijos” (ciudadanos de un Estado hoy por hoy obligado a regular “propiedades” sobre ellos, y las obligaciones de todos), ni a aguantar sus sermones. Es decir, y por ejemplo: desactivaría a esa “Junta por la Libertad Educativa” que agrupa a los intereses de la enseñanza privada sostenida con fondos públicos (y “otros ingresos”). Y a la derecha política de bajo-palio. También a la enseñanza privada concertada nacionalista pro, a dónde también remiten a sus retoños muchos de los que viven del presupuesto público, y a los que, por ejemplo, el Sr. Marzà también visita con alegría. (A los privados-privados, y su selección, además de impunidad, los dejamos para otra ocasión)

Ya es significativo que el mitrado (¡já!) valenciano Cañizares (por si alguien lo confunde con un portero famoso) y con ocasión del fallecimiento de  Rubalcaba (el Ministro de) lo elogiara como Ministro de Educación (1992-1993) por desarrollar la LOGSE, poniendo en su boca (no lo he contrastado, pero le creo) aquello de que los centros concertados, que son una idea muy propia de Rubalcaba (tanto como las cloacas) que decía “eran la mejor manera de cumplir con la Constitución“ (“Otra” que va sobrada de interpretaciones, clases, códigos, control, incumplimientos, etc.). Con des-concertar, previa planificación de infraestructuras con intención, e inversiones (y no precisamente con planes des-edificantes) avanzaríamos hacia un sistema más justo, hacia una elección de verdad, a que los alumnos pudieran disfrutar de su derecho por encima de las perspectivas y miedos de muchos de sus padres, con su deseo de “diferenciarse” de los mocosos y harapientos. Si de paso des-concertáramos con la Sede Vaticana, y no hubiera conciertos públicos con “las otras creencias” no sólo avanzaríamos también, sino que no violentaríamos la libertad (ésta, sí) de conciencia. Y con todos esos fondos...De momento favorecíamos más la igualdad de oportunidades (éstas, sí) y la movilidad social, entendida como dignificar las condiciones de vida de los desfavorecidos, el acceso al conocimiento que les permitiera discernir quién los mantiene sojuzgados y de la necesidad de asegurar sus derechos individuales en una organización social ineludible, colectiva, con reglas más justas cada vez; y lejos de los predicadores-adoctrinadores de todo tipo (incluidos los nacionalismos). No digo ya de los demandantes de mano de obra precaria, barata, esclava. Socialmente consumista, y entretenida en sus pantallas.

Por otra parte, durante los meses de abril y mayo, la Universidad de València ha presentado un Informe, referido en este caso al mapa escolar de la ciudad de València (o Valencia, no se enfaden), fruto de una investigación que analiza datos extraídos de la documentación generada durante el periodo de escolarización, consecuencia de la aplicación de baremos de reguladores de la admisión en centros educativos públicos y privados, en este caso, con más demanda que oferta de plazas. Confieso que, en general, son informes encargados, quizá con intención, y con las miras de llevar aguas a su propio molino (como ha ocurrido con otros sobre la lengua) pero, como los datos al menos están ahí, me puedo creer alguna conclusión: que el sistema educativo valenciano “no es equitativo, pues intensifica las desigualdades sociales al concentrar en determinados colegios a los alumnos en riesgo de exclusión y con necesidades educativas especiales”. Lo más sorprenden es cómo ocurre eso. Y ahí sí me fío de mí mismo porque vivía la promulgación de esos baremos, los cambios (en dónde y cuándo podían: María José, curso 2012-13); la aplicación de los mismos (los combatía, como el famoso punto discrecional) por parte de las direcciones de la cuerda (según el poder político que les nombrara) y los ingenuos, y a veces interesados (muy interesados) consejos escolares. Total: que proponen, de momento, “mejorar la admisión de alumnos con la creación de oficinas municipales de escolarización que gestione directamente el proceso en vez de los colegios”. Evitaría “la arbitrariedad de los colegios”, que, si son concertados, es ya ... Me apunto. De momento, salvaríamos en parte algo: el fraude real y el presunto. ¿Que atenta contra la autonomía escolar? ¡Já! de nuevo.

Si descendiéramos a los pies del castillo de Sagunt (o Sagunto si lo prefieren; o Puerto de Sagunt) pues qué quieren que les diga. Los alumnos serán seleccionados con los mismos baremos, sus direcciones... sus consejos escolares... sus padres...sus fraudes presuntos. Evidentemente, visto lo visto, los concertados y privados harán “su junio”. Los curas, imanes, rabinos y “chamanes”, también. La jornada escolar será motivos de recelos y enfrentamientos. Los resultados de evaluación lo serán “a la carta” (por la competitividad). Y los alumnos y alumnas valencianas no podrán acceder al conocimiento en su lengua materna, sea el valenciano, catalán o castellano.

Asegurar que eso todo eso no se produjera, no es una merma al presunto derecho a elegir, sino el derecho a la Educación en FRATERNIDAD, IGUALDAD Y LIBERTAD. Con mayúsculas. Y menos negocio, que aquí no nos chupamos el dedo, “defensores de la libertad de elección”. ¡Já!


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Modificado por última vez en Lunes, 20 Mayo 2019 16:43

 

 

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