Dilema

Viernes, 03 Mayo 2019 12:23

Las últimas elecciones han proporcionado a Pedro Sánchez la que, probablemente, será la gran noche de su vida política. Este éxito se debe sin duda a ese talento natural que a todo político profesional se le supone pero que pocos realmente poseen. Lo demostró especialmente sobreviviendo a la larga travesía del desierto que le hicieron pasar una tal Susana Díaz patrocinada por lo más selecto de su propia banda. Le ha costado mucho, pero ha logrado controlar y mantener las riendas de su partido, además de ejercer la Presidencia del Estado con una minoría de diputados gracias, además de a su talento, a la generosidad y buen hacer de Pablo Iglesias y Alberto Garzón. Esto le ha servido para relanzar desde el punto de vista electoral su figura y la de su partido que, a la vista de los resultados actuales parece renacer de sus cenizas..

Pero no existe la felicidad completa, las cosas en política nunca son fáciles. Lo delataba su cara en el balcón de Ferraz mientras sus entusiasmados seguidores le exigían “Con Ribera no, con Ribera no”. ¿En qué estarían pensando los fieles votantes del PSOE? ¿Recordaban quizás aquella vez que pactó con Ribera un proyecto de coalición basado en más de doscientos puntos, pacto que devino en la práctica en facilitar la investidura de Rajoy? ¿Recordaban acaso que más tarde le confesaba a Jordi Évole que se había equivocado aceptando las presiones de sus barones, de Felipe González, del Ivex 35 y el periódico El País?

A mí me parece que lo que le hubiese apetecido realmente a Sánchez es que Ribera no se hubiese quitado la careta durante la pasada campaña, que hubiese hecho algún guiño destinado a aparentar socialdemócracia de salón, que no hubiese pactado en Andalucía con VOX… en resumen: que no le hubiese puesto imposible el pacto. Pero es que Ribera además, ahora mismo, sigue con la matraca estúpida y mentirosa de que Pedro Sánchez ha pactado con los independentistas, con lo cual el dilema para Pedro es: con Ribera no puedo estar pero con Iglesias no quiero estar, porque me lo han prohibido y porque es capaz de comerme la tostada, pero a la vez sabe que el Coletas no se va a conformar repitiendo el papel que ha venido haciendo hasta ahora gracias al autosacrificio que hizo posible la moción de censura; los partidos nacionalistas no suman ni de lejos los diputados que un supuesto gobierno en solitario necesitaría. La cosa está muy mala.

Yo creo que Sánchez, que no es tonto, piensa que le va a tocar gobernar en solitario pero que, contrariamente a la lógica aritmética, ahora que tiene más diputados lo tiene todo mucho más complicado.


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