Horror vacui

Viernes, 26 Abril 2019 14:52

Estos días está circulando un chiste que me parece muy bueno. Un currante le dice a otro: Yo no iré a votar porque los nuestros no cumplen sus promesas. A lo que el otro le contesta: Yo sí que iré, porque los fachas sí que cumplen las suyas.

Cierto que existen muy buenos motivos para estar decepcionados con los políticos de izquierda, tanto locales como nacionales, pero dejar que te gobiernen los que sin sonrojarse son capaces de decirte que si gobiernan seguirán apoyando a los banqueros y a las multinacionales, que no te garantizan las pensiones, ni la sanidad ni la educación pública, que te inducen a que suscribas un seguro de vejez privado… peor que el timo de la estampita. Es de suicidas que lleguen a gobernar porque no has sido capaz de votar en contra.

Porque de eso se trata, de votar en contra. Si el sistema lo permitiera yo les daría un voto negativo, pero como el voto ha de ser positivo y mi cerebro me dice que debo votar, tengo bien clara mi única opción: descartado el PSOE castigándolo por el hecho de haber gobernado deficientemente durante largas temporadas, la única posibilidad real que tengo para controlar algo los daños es votar Unidas-Podemos. Sabemos que no ganarán, que esta coalición no ilusiona porque está funcionando sin resolver sus grandes contradicciones y problemas, pero al menos son gentes que en sus programas se acuerdan de nosotros y nuestras necesidades y, a veces, cuando sus peleas internas se lo permiten, hasta se acuerdan de trabajar en temas como salarios mínimos, pensiones, igualdad de género, medio ambiente, etc.

Y cuando se ponen no lo hacen mal. Tienen las ideas bastante claras y dentro de sus limitaciones y sin tener ningún poder real consiguen alguna cosa, como por ejemplo forzar a Pedro Sánchez a subir el salario mínimo a 900 euros, cosa que, por cierto, ¡ha ocurrido y no se ha hundido el mundo!.

Lo tenemos muy mal, pero a pesar de todo tengo que reconocer que, debido a que esta gente existe, aún no he caído en la gran depresión que los psicólogos denominan horror vacui, el miedo al vacío. Ellos y otros como ellos representan para mí la única esperanza, para este país y también para esta Europa cada día más cerca de convertirse en el IV Reich.

Por cierto: me llama la atención que apenas se hable de la UE en los debates políticos cuando desde hace ya algún tiempo que los gobiernos nacionales apenas tienen margen de maniobra en los temas importantes debido a la subordinación a las normas y directivas europeas. Acuérdense de Grecia... o del Brexit. Cuanto menos… curioso.


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