Días atrás oí a un conocido repetir el famoso bulo-estupidez de que a los magrebíes se les da una pensión y, ¡para colmo! sus hijos asisten ¡gratuitamente! a los colegios y a los comedores escolares. Yo no sabía que decir para no herir su sensibilidad, así que le pregunté “inocentemente” si es que a los españoles se les cobra por llevar a sus hijos a la escuela pública y, me sorprendió tanto su mirada de asombro y su exclamación --¡Claro!- que se me fueron las ganas de seguir preguntando.

Dicha persona, creyendo haber encontrado el campo libre y sin percatarse del entorno de personas cultas y razonables que le rodeaba en aquel momento, siguió su perorata sin darse cuenta de que se estaba poniendo en evidencia, así que después de despacharse a gusto contra los emigrantes y contra los distintos gobiernos vendidos a ellos, sin el menor sentido del ridículo pasó al tema de las armas, algo, por lo visto, absolutamente necesario para poder seguir viviendo con seguridad en este país. Ahí se extendió todo lo que quiso y más, ya que continuó con su discurso facistoide sin que nadie le contradijera. Total, un ignorante insolidario más, o sea, un votante de ultraderecha.

Me entraron ganas de conocer datos reales sobre el tema, porque tengo claro que la derecha y sus medios de comunicación, cuando quieren, nos alarman o nos tranquilizan a placer, siempre para crear estados de opinión favorables a sus intereses. Así que busqué en Internet datos sobre armas en España, descartando las que fueran para el ejército, policía y guardia civil.

El resultado fue que encontré información real muy interesante: según datos del propio Ministerio del Interior en el año 2017 habían 1,481.805 ciudadanos con licencias vigentes que poseían 2,496.770 armas, la mayoría escopetas para caza menor y tiro al plato. Lo que me llamó poderosamente la atención fue comprobar que en 2012 las armas en poder de civiles eran 3,562.967 y el número de licencias 1,938.876 lo que significa que en esos últimos cinco años censados el número de armas en este país ha descendido un 17,3% (¡!) perdiéndose medio millón de licencias.

Estas cifras deben tener su explicación y cada cual tendrá la suya. Mi parecer es que, contrariamente a lo que nos quieren hacer creer, no parece que los españoles necesitemos más armas, ni para defensa personal, ni para disfrutar disparando deportivamente, ni para cazar tanto como antes. Lo que sí que existe es interés en crear problemas donde no los hay para hacer sentir a la población que vivimos en un mundo cada vez más inseguro. Está claro que mientras más enfrascados estemos en tonterías menos reflexionaremos sobre lo importante.