Símbolos

Viernes, 11 Enero 2019 17:21

Hay una serie de símbolos que en mayor o menor medida identifican a un país, hasta el punto de que una mayoría de sus habitantes se reconoce en ellos. Todos, o muchos, estamos orgullosos de pertenecer a una determinada nación, población o comunidad, como lo estamos de ser de una etnia o de una familia concreta, y esto no lo ocultamos sino que lo manifestamos abiertamente, y lo exteriorizamos con esos símbolos identificativos. Ocurre, por ejemplo, claramente con las banderas de EE UU o de Inglaterra. Tanto ingleses como norteamericanos se sienten muy orgullosos de su bandera, y la exhiben de una forma ostentosa, incluso en objetos que deberían estar alejados de ese símbolo, como pueden ser unas zapatillas o unos calzoncillos. Pero la bandera no es el único símbolo que identifica a un país. También lo identifica el himno, y así vemos a muchos equipos de fútbol, rugby, o lo que sea, que antes de iniciar un partido, y mientras suena su himno, cantan o tararean la letra con mayor o menor compostura, acierto o gracia, y de una forma que personaliza el sentimiento más profundo.

En nuestro país, desde la época franquista —no sé si ya ocurría con anterioridad también—, hay una serie de símbolos de los que se ha apropiado la derecha: la bandera, el himno, el concepto de estado, el catolicismo, la idea de gobierno, etcétera; y han conseguido que todos los que no se consideran de derechas detesten esos símbolos, precisamente para que no se les identifique con esa opción política, cuando, en realidad, nada tiene que ver una cosa con la otra, porque esos símbolos, o esos iconos son, o deberían ser, de todos los españoles.

Los gobiernos socialistas que han administrado España desde la democracia, han procurado en cierto modo durante su mandato que esto se vea desde una óptica diferente y universal, porque los símbolos deben estar por encima de partidos y opciones políticas y deben formar parte de la idiosincrasia del Estado y del pueblo, de su propia personalidad; pero, lamentablemente, en cuanto ha vuelto a gobernar la derecha, han vuelto otra vez con los mismos criterios, haciéndonos ver que eso identifica un determinado dogma, y que no es algo general, ni neutral. De ahí que, en cualquier manifestación, a la masa que puede enarbolar unas banderas españolas, se unan otras con banderas republicanas, esteladas o locales, que no tienen otro interés que el de marcar la diferencia.

Yo no soy partidario de ninguna bandera, precisamente para no identificarme con lo negativo que esa bandera puede representar, pero también porque las banderas son como muros que nos separan, muros que sólo sirven para levantar fronteras; y de lo que se trata es de fomentar lo contrario: la unión; por la misma razón, creo que tampoco deberíamos identificarnos con ningún otro símbolo, ni mucho menos hacer ostentación de él, porque se nos va a encasillar en un determinado grupo que nos va a privar de la libertad necesaria y de la independencia que nos permita opinar sin ningún tipo de adoctrinamiento, sumisión, humillación, feudo o vasallaje, algo que muchos partidos políticos promueven, formalizan y practican.


Si le ha interesado esta información, puede unirse a nuestro canal de Telegram y recibirá todas las noticias que publicamos para el Camp de Morvedre. Síganos en https://t.me/eleco1986

 

 

SUCESOS

SALUD