Gaza

Viernes, 23 Noviembre 2018 14:00

Vivimos en un mundo en el que un tal Trump nos dice lo que tenemos que hacer, lo que tenemos que pagar para que su OTAN (en la que, recuérdese, según el PSOE España no está en el aparato militar) (¿tiene otro?) pueda comprar más armamento militar de fabricación yanqui. Para él es muy importante que la OTAN se rearme constantemente con las armas que vende… él. La OTAN tiene encomendada, entre otras, la sagrada misión de intimidar a los países árabes de Oriente Medio, ese lugar donde, casualmente, hay tanto petróleo y donde los norteamericanos apoyan interesadamente a un país sionista, Israel y a otro musulmán integrista, Arabia Saudí, ambos guardianes de los intereses norteamericanos.

Para que todo este montaje geopolítico se sostenga es preciso que el Estado de Israel consolide cada vez más su área de influencia, de ahí que Trump haya mandado ubicar su embajada en Jerusalén. La respuesta estaba cantada: los palestinos, agónicos, famélicos y desarmados, indignados, no pueden hacer otra cosa que protestar a pesar de su cada vez mayor debilidad y sometimiento a la superioridad militar israelí. Los sionistas, cada día más conscientes de su fuerza, cada vez más conscientes de la impunidad internacional que les otorga el apoyo yanqui y la cobardía y cinismo europeo, toman todas las represalias que les apetecen contra el desarmado pueblo palestino sin que ni siquiera la prensa internacional se atreva, no a criticar, sino siquiera dar noticias de las atrocidades que cometen, la mayoría crímenes de lesa humanidad. Y así llegamos de nuevo a los recientes bombardeos sobre Gaza, los más grandes desde la operación militar de 2014. No hay argumento mejor para convencer a los palestinos de que renuncien a su parte de Jerusalén que pillarlos en un bombardeo rápido y limpio rezando en sus mezquitas, estudiando en la universidad o jugando en un parque público. En los últimos tiempos llevan un montón de civiles, entre ellos cientos de niños, asesinados en sus “operaciones militares”. Para Israel los palestinos buenos son los palestinos muertos.

Y todavía hay algunos paisanos nuestros que se quejan de que los refugiados nos están invadiendo. No quieren saber que la tercera parte de los refugiados de todo el mundo son palestinos y que están concentrados en Líbano, Jordania y ¡Siria! Cinco millones en total. No quieren darse por enterados de que el “Trío de las Azores” decidió convertir todo Oriente Medio en un polvorín y pegarle fuego; que la marea de emigrantes y refugiados es el fruto de ello, que las consecuencias las estamos pagando entre todos y mientras… Trump nos pasa la factura de la OTAN por los “servicios prestados”.


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