De símbolos

Miércoles, 31 Octubre 2018 09:40

Hace poco más de un mes escribía en este mismo periódico un artículo en el que señalaba que, para mí, el Horno Alto no es el símbolo de LO QUE ES este pueblo sino el símbolo de LO QUE FUE.

Jugar con los símbolos, al igual que con las escopetas, puede ser peligroso. Porque si a un pueblo se le señala interesadamente un símbolo falso de su identidad se le engaña y desorienta. Y eso que símbolos tenemos muchos y de todo tipo, se puede afirmar que tenemos una completa colección: por ejemplo el Economato es un estupendo símbolo de la Desidia; el Museo Industrial de la Incapacidad; el Nuevo Pabellón Deportivo un perfecto símbolo del Despropósito; el Pantalán y la Plaza de la Concordia del Abandono…. Y así podría continuar hasta completar una larguísima lista que no voy a repetir porque ya la he recitado más de una vez desde esta columna. Tampoco hace falta decir que otras personas, mucho mejor que yo, han escrito sobre estas cuestiones repetidas veces, sonando siempre nuestras voces en el desierto. Señores concejales del Ayuntamiento, diputados de la Diputación, conselleres de sus Consellerias, ¿Hay alguien ahí?

Desde la fecha clave de 1985 hasta hoy los porteños tenemos la desgracia de navegar al pairo, sin norte. El pueblo parece abandonado, lo poco que se realiza desde las distintas administraciones tiene el carácter de servicios mínimos, muchas veces sin sentido, otras veces absurdas y todas, absolutamente todas, desde la lejanía… como si ellos no tuviesen nada que ver con nosotros ni nosotros con ellos. Y esto se ha ido convirtiendo en un pueblo abandonado. La zona del Mercado, el centro del pueblo se está despoblando, los comercios cerrando… es como si una mano negra controlase más o menos conscientemente el ritmo ciudadano con un solo propósito: convertir al Puerto en una Ciudad Dormitorio, sin conciencia de pueblo.

Por eso, porque estamos hasta las narices de ver hacia nos están llevando, hartos de la pasividad general en la que estamos inmersos, un grupo de personas, entre las que yo mismo me encuentro, el domingo día 4 nos vamos a reunir a las doce de mediodía en el Reloj de Sol del Paseo Marítimo, en lo que pensamos que es símbolo de LO QUE HOY ES el Puerto. Porque ese Reloj de Sol, sin cable, parado, sin dar la hora, sin que sirva para nada, es en estos momentos el mejor símbolo del mayor problema que hoy aqueja a este pueblo: el INMOVILISMO.

Nos reuniremos porque creemos necesario despertar, en primer lugar, consciencia de la pasividad que se ha apoderado de la Sociedad Civil de este pueblo, y en segundo lugar para despertar conciencias.


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