El pasado martes se celebró un Pleno extraordinario en el que se trataba el estado del Municipio. Dicho sea de paso, esto me parece una pérdida de tiempo en la que cada uno exponemos nuestra visión sobre los avances o retrocesos que se producen en nuestro ámbito de actuación.

Cada año historia se repite. Los que mandan defienden lo que ellos consideran su extraordinaria gestión, mientras que quienes están en la oposición aprovechan para desahogarse, en una sesión que no suele bajar de las tres o cuatro horas de duración.

El pasado martes no fue diferente. No voy a entrar a valorar el discurso del alcalde, para el que la gestión de su equipo es brillante, aunque según mi versión y la del resto de la oposición deja mucho que desear.

De hecho, como expliqué al principio de mi intervención, utilicé exactamente el mismo discurso del año 2016, que también me sirvió en el 2017, entre otras cosas porque ya en los primeros 12 meses de legislatura critiqué la falta de avances en algunas cuestiones que aún a día de hoy, siguen absolutamente paradas.

Y es que el avance de este equipo de gobierno en las inversiones que afectan al núcleo de El Puerto, es absolutamente nulo. La Gerencia está manga por hombro, el Pabellón tal cual lo heredaron de la pasada legislatura, seguimos sin instituto número cinco, el puente sobre el río Palancia que tiene que unir las playas de Canet y El Puerto, el paseo azul, el canal de ciudad Mar, la Plaza de la Concordia y nuestro paseo Marítimo. Si hiciéramos un viaje al inicio de la legislatura, veríamos que la foto resultante, sería idéntica al estado en el que se encuentran actualmente todos esos proyectos: Parados.

Le recordé al señor alcalde sus promesas de comenzar la integración del Puerto Comercial en la ciudad en el año 2017, o de hacer lo propio con el pantalán en el 2018, cuestiones ambas que ahora pospone y encorseta en un presupuesto que ya anticipo que será insuficiente.

Pero ya no es solo la gestión de los grandes proyectos, pues en el día a día se deja ver la dejadez de nuestro Puerto, que está sucio, que cuenta con deficiencias en seguridad y que está casi abandonado por el ayuntamiento en las celebraciones. Claro, esto contrasta con aquello en lo que se ha convertido esta legislatura, una sucesión de eventos en Sagunto, que cada fin de semana se ve envuelto en alguna celebración romana, de la guerra de la independencia, de moros y cristianos o religiosa. El equipo de Gobierno se cree que el pueblo se contenta con el pan y circo que nos está dando, aunque no se dan cuenta de que ese pan y circo, solo se ve en una parte del municipio, en detrimento de la otra.

Tratan de revestir su gestión apuntándose tantos como la llegada de Mercadona o la apertura de VidaNova Parc, cuestiones ambas que tienen una componente de oportunidad de inversión en un momento de crecimiento económico y que, al menos en el caso del Parque Comercial, vienen planeadas de unos cuantos años atrás.

En resumidas cuentas, estoy contando los días esperando a que lleguen las próximas elecciones, es hora de que se acabe este gobierno, que tan solo se mantiene atado por los sueldos repartidos en el ejército de liberados con el que cuentan los cuatro partidos que han hecho ese pacto de conveniencia. Quedan seis meses…