Durante estos días se está haciendo mucho ruido defendiendo una reivindicación justa, como lo es el corredor ferroviario de mercancías entre el Cantábrico y el Mediterráneo. Este es un proyecto que viene de mucho tiempo atrás, cuando allá por 1924, se propusieron unir los Puertos de Valencia y Santander, a través de un trazado que quedó inconcluso, de manera un tanto inexplicable, cuando apenas quedaban por finalizar unas decenas de km. Una obra faraónica que pasó a mejor vida, probablemente por intereses políticos de alguna de las comunidades del Norte que vio peligrar su hegemonía.

Para que nos hagamos una idea, un tren puede transportar la mercancía desde Valencia a Santander o la denominada “Y” vasca, en tan solo un día, mientras que, si esa misma mercancía se transporta por vía marítima, tarda una semana. De ahí la importancia, y más con los tiempos que corren, donde el tiempo es oro. Si se pone en marcha ese corredor, los grandes beneficiados, serán los puertos del Norte y el Puerto de Valencia, pero muy especialmente nuestro Puerto Comercial.

Dada la importancia de este proyecto, las asociaciones de vecinos y los políticos de todas las ciudades implicadas, pero especialmente de Aragón y Valencia, se han movilizado y promueven una gran manifestación en Valencia a la que debemos asistir, porque esto es futuro, actividad y riqueza. No obstante, estos días atrás nos hemos visto sorprendidos con el más que probable retraso en las obras del enlace ferroviario con nuestro puerto comercial, obra complementaria de todo lo anterior.

Adif, empresa encargada de gestionar el proyecto de enlazar la red de mercancías con el Puerto Marítimo, está once meses esperando un informe de la Consellería de Cultura respecto a unas prospecciones arqueológicas que está obligada a realizar. La torpeza en este retraso es atribuible a una Consellería precisamente encabezada por un político de Compromís, por lo que nuestro alcalde, a parte de preocuparse por reivindicaciones de índole nacional, quizá debería sentarse y pensar un poco en aquello que nos afecta de manera incluso más directa. Ese enlace de mercancías es necesario y le dará a nuestro Puerto muchísimas más posibilidades.

Y hablando de aquello que nos afecta directamente, tampoco estaría de más, que el Equipo de Gobierno Municipal se preocupara por la reivindicación del tren de cercanías hasta El Puerto. Hace meses que se pidieron desde el Pleno una serie de reuniones con los responsables de Adif y del Ministerio de Fomento, o se suplicó que se incluyeran en los presupuestos partidas destinadas a este fin.

Sin embargo, a parte de asistir a la audiencia en la que Iniciativa Porteña les invitó a conformar una plataforma, no han realizado ni una sola gestión, con lo que queda demostrado, que al alcalde y a su séquito de palmeros, lo del tren de cercanías, se la trae al pairo.