En las fiestas patronales de El Puerto celebradas el año 2014, concretamente en la noche del 10 de agosto, se escapó una vaquilla del recinto ferial, que acabó encontrándose en su camino con un ciudadano, llamado Ernesto, que le plantó cara y ayudó a reducir al animal, que de otra manera, probablemente hubiera ocasionado mayor daño o habría sido abatido.
Ernesto volvía en bicicleta hacia su casa, cuando vio acercarse a la vaquilla, bajó de la bici y recibió una primera embestida; nuevamente el animal cargó contra él, que al levantarse, se agarró al cuerno izquierdo de la vaquilla que lo volvió a tirar al suelo. Así, cuando se alzó de nuevo, se encontró cara a cara con la vaquilla, que arrancó hacia el pobre Ernesto, que se agarró a sus cuernos. Él es un tipo bastante fuerte, y en su acción hizo dudar a la vaquilla, lo que permitió a la multitud que acechaba cerca, echarse encima y controlar la situación.
Tras este enfrentamiento, Ernesto estuvo más de cinco meses de baja por las lesiones sufridas. Pero el daño padecido por estos hechos, no es comparable con el trato recibido por parte del Ayuntamiento de Sagunto. Tres años de reclamaciones que han concluido cargándole la responsabilidad de los daños recibidos al propio Ernesto, pues según los argumentos de la defensa municipal, que hizo suyos el juez que emitió la sentencia definitiva, el denunciante escogió enfrentarse al animal, en lugar de buscar otras alternativas como esquivarlo o salir corriendo.
Es muy fácil utilizar ese argumento, pero la realidad es que entre la primera embestida y la última, apenas pasan cinco segundos, por lo que al hablar de hecho voluntario, se demuestra un tremendo desconocimiento del “factor humano” que descalifica al juez que ha emitido esa sentencia, y desde luego, reduce al calificativo de “miserable” la defensa del Ayuntamiento de Sagunto por no buscar un acuerdo con el denunciante, pues hay que reconocer que con su acción, probablemente evitó una tragedia, y si hubo revolcón, fue porque una vaquilla se encontraba en zona teóricamente segura, por lo que la responsabilidad de los daños, en ninguno de los casos puede recaer sobre la víctima.
Queda claro que Ernesto escogió enfrentarse a la vaquilla, pero fue un acto instintivo, que no se ha sabido tratar como correspondía, pues fue un acto totalmente inconsciente. Incluso el Consejo Jurídico Consultivo le daba la razón a la víctima cargándole al ayuntamiento el 80% de la responsabilidad en las lesiones sufridas. Además en el dictamen había un voto particular del Presidente de ese Consejo, que afirmaba discrepar porque entendía que la responsabilidad municipal era de un 100%, además de llamar “cicatera” la defensa que estaba realizando el consistorio saguntino.
Con todos estos datos y algunas cuestiones más, Iniciativa Porteña llevó al pasado pleno una moción en la que se pedía que el ayuntamiento reconociera su responsabilidad, que los servicios jurídicos buscaran alternativas para reiniciar los trámites de la reclamación presentada, y que hubiera por parte del ayuntamiento un reconocimiento a la acción de Ernesto por haber conseguido con ello la captura de la vaquilla. Pero no, solo nos dejaron aprobar el punto del reconocimiento a la acción ejemplar de este ciudadano. El resto de grupos no quisieron que se asumieran responsabilidades o que se intentaran reiniciar los trámites, porque este era un caso ya juzgado y sentenciado.
Francamente, estoy cansado de ver como en el Pleno se aprueban mociones que nada tienen que ver con nuestro municipio o que cuestionan decisiones judiciales que afectan a otras administraciones del Estado. Sin embargo, en este caso, que afecta a una cuestión local, en la que tenemos claro que el resultado del contencioso ha sido de una flagrante injusticia, el resto de grupos, con el Alcalde a la cabeza, decidieron cerrar filas en defensa de los intereses del ayuntamiento. Ernesto se fue del Pleno con el reconocimiento a su valentía, pero nadie le va a devolver los 156 días que estuvo de baja. Es para estar indignado ¿no creen?
