Estos días atrás, mantuve una interesante conversación con Antonio, un señor que tiene setenta y muchos años, pero mantiene una mente despierta y una jovialidad que para sí quisieran muchos. Suele pasear por una de las denominadas “rutas del colesterol”, caminando casi todos los días desde su casa cercana al Triángulo Umbral, hasta el paseo marítimo y desde allí hasta el final de la Playa de Canet, para luego deshacer lo andado y volver a casa. Eso sí, en alguna que otra ocasión, da cuenta de un buen almuerzo, que las buenas costumbres hay que disfrutarlas de cuando en cuando.

Aprovechó su conversación conmigo, como es lógico, para trasmitirme una serie de cuestiones que consideraba inadmisibles. Son muchos los ciudadanos que caminan por ese mismo recorrido cada día, y una de las cosas que necesitan, es atender a sus necesidades fisiológicas, algo que pueden hacer en la playa de Canet, pues ese Ayuntamiento tiene abiertos todos los día del año, unos aseos públicos que salvan más de una situación desesperada. Sin embargo, aquí en nuestro paseo marítimo, se montaron unos cuchitriles que están cerrados a cal y canto, con lo que son muchas las personas que tienen que acelerar el paso para llegar a sus casas, o pedir la llave, previa consumición para utilizar los servicios de alguno de los locales de la playa.

Me comentó Antonio que el Canal de Ciudadmar, es paso obligatorio para los viandantes diarios, pero también, sobretodo en verano, lugar frecuentado por turistas que se aventuran a caminar entre una y otra playa. La imagen que damos es patética, con aguas estancadas y pudendas, justo al lado de nuestra laureada playa. Claro, le expliqué que la regidora de aguas se comprometió a arreglar durante este año ese punto negro, aunque lo cierto es que tras cuatro meses del 2018, nada sabemos de la inversión necesaria para solucionar el problema del dichoso canal

«El canal lo arreglaran como la plaza de la Concordia ¿no?» me cuestionó… pues sí, tenía razón, hay cosas que evidencian la pésima gestión del equipo de gobierno municipal. Decir que esto es un desastre, es quedarse corto; llegará el tercer verano de la legislatura y esa plaza seguirá hecha unos zorros. Antonio no pudo evitar recurrir a la comparativa entre Canet y El Puerto, aquello cuidado al detalle, mientras que aquí tenemos que andar suplicando para que solucionen todas las carencias de nuestra primera línea de costa.

Aparcamiento hecho un desastre, en el aire algunas concesiones, la prometida intervención en el paseo sigue pendiente, el canal de ciudad mar, la falta de aseos públicos, la apertura del puerto comercial a la ciudad, la restauración del pantalán, el soterramiento de los apestosos contenedores de basura… demasiadas cosas pendientes que este equipo de gobierno no resolverá. El caso es que el señor Antonio me pidió soluciones, y de momento lo único que tengo claro, es que tenemos que acabar con este equipo de gobierno. La cuenta atrás ha empezado, nos queda un año de padecimiento…