Estos días atrás, Iniciativa Porteña denunció la desigual programación cultural que el Ayuntamiento de Sagunto promueve en uno y otro núcleo de población. Entre las agendas culturales de Primavera, Otoño e Invierno, en Sagunto se promovieron desde la concejalía de cultura 85 actos, mientras que en El Puerto se realizaron un total de 49 eventos, de cine, musicales y teatrales.
Y todo esto sin incluir otros eventos relacionados con los moros y cristianos, la noche de fin de año, la hoguera municipal de San Antón, la cultura romana o la guerra de la independencia, todos ellos celebrados en Sagunto.
Este fin de semana, como muestra del despropósito en el que nos hayamos inmersos, se celebra la segunda edición del “Saguntum Invicta”, que llenará el casco histórico de recreaciones de la cultura romana.
Pero a parte de este evento suficientemente llamativo, con motivo de la declaración de Sagunto como capital cultural de la Comunidad Valenciana, el sábado con la presencia del presidente de la Generalitat, se celebrará el espectáculo “Fahrenheit Ara Pacis” del grupo de teatro Xarxa Teatre, un montaje que ha sido representado en diversas ciudades a nivel internacional.
El sábado se solaparán unos eventos con otros en Sagunto, mientras que los de aquí abajo nos tendremos que conformar con escuchar aquello de que hay autobús para subir.
Fíjense que el Alcalde, Quico Fernández, se llena la boca hablando de una ciudad única, conformada por nuestro pueblo y el suyo. Sin embargo, en detalles como los de este fin de semana, se deja entrever cual es su verdadero sentimiento.
Si su Sagunto abarca todo, la capitalidad cultural también debe abarcarlo todo, desde el patrimonio romano, hasta el industrial; no debería extrañar a nadie que alguno de los eventos para celebrar este hecho, tuviera lugar en El Puerto.
Dado que lo romano es exclusivo del casco histórico, qué menos que haber celebrado la recepción al President Ximo Puig y el evento de Xarxa Teatre aquí abajo. Eso le habría dado mayor credibilidad a esa ciudad global que no se cree ni el propio Quico Fernández…
