Pas de pardal

Viernes, 09 Marzo 2018 17:28

Como la gota malaya, a pas de pardal, el Movimiento Feminista no ha parado de incidir en las conciencias de hombres y mujeres, de tal modo que, poco a poco, ha ido perforando la corteza de indiferencia e incomprensión dominante en nuestra sociedad. Hoy apenas se escucha aquella famosa frase en boca de algunas mujeres “despistadas”, aquella estupidez de “Yo no soy feminista. Yo soy femenina”.

En cuanto a los hombres, salvo aquellos pertenecientes a “manadas” de cualquier tipo, nos dividimos en dos grandes grupos: los convencidos en mayor o menor grado de lo justo y razonable de sus reivindicaciones y los que, no teniéndolo tan claro, han aprendido al menos a respetar a las mujeres y a sus ideas feministas. Espero que, al menos los jóvenes, entiendan que sin ellas no caben ni las ideas de progreso, democracia, ni las de un mundo mejor.

Las mujeres, este 8 de marzo, conscientes de que sus reivindicaciones históricas han calado profundamente en la sociedad saben que pueden contar con el apoyo y comprensión del grueso de la sociedad y por ello pueden, y deben, plantear una Huelga General, huelga que sin la menor duda constituirá un éxito histórico en este país.

Y es que me arriesgo a opinar (este artículo saldrá el día 9) que la huelga, a nivel nacional será, repito, un éxito histórico. Servirá para que, a partir de este momento, cambien algunas o muchas cosas importantes. Pero lo verdaderamente interesante (según mi bola de cristal) es que habrá un antes y un después de esta fecha del 8 de marzo de 2018. Que esta fecha va a ser sonada, que va a ser histórica. Esto es algo que se ve y se nota en el ambiente: hoy las mujeres ya no piden, no reclaman, no solicitan, no reivindican: EXIGEN.

Y lo hacen con toda la razón del mundo, la luna y dos planetas más. ¡Ya está bien de soportar el humillante papel que esta sociedad mal llamada democrática les confiere! ¿De dónde procede la presunta superioridad del varón para que en todos los aspectos de la vida civil, laboral y familiar ellas hayan de tener un lugar subordinado? ¿de la Biblia? ¿del Corán?

Los obispos, para no perder sus costumbres, siguen demonizando todo aquello que huela a progreso y/o liberación de la mujer, pero cada día se evidencia más que sus opiniones tienen menos peso. Tanto en las mujeres como en el resto de la sociedad.

Las cosas tienen que cambiar y van a cambiar. Ya lo están haciendo. Lo mejor es que todos los síntomas indican los cambios se están produciendo también a nivel mundial, y, para verlo no hace falta ninguna bola de cristal.


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