Existen muchas escuelas de economía. Los neoliberales estudian en la tristemente famosa Escuela de Chicago, partidaria del “libre mercado”, esa famosa mentira que consiste en asegurar una total libertad de circulación a mis productos, pero, para los tuyos me proveo de fronteras blindadas, muros, aduanas y aranceles a mi medida, los que a mí me convengan. No olvides quién tiene el maletín rojo.

Esos economistas de Chicago, además de trabajar para los descendientes de Capone, también trabajan para Rajoy y, este, nos alegra la vida todos los días diciéndonos que al fin empezamos a ver la luz al final del túnel.

Y tiene toda la razón, la luz ya se ve. Pero lo que vemos no es lo que esperábamos, ni tampoco lo que dejamos atrás. La pasada crisis ha convertido a nuestra amada y verde tierra en un erial, ya no se ven esos huertos de naranjas cuidados y pletóricos de frutos, lo que hoy se divisa al final de ese túnel son huertos resecos y árboles sin frutos, donde la maleza y la miseria se encaraman hacia sus copas asfixiando todo vestigio de vida o salud; chimeneas que no echan humo desde hace años…

Eso sí, Rajoy, siempre preocupado por nosotros, tiene una solución: aunque la cosa se haya puesto fea y no se le vea arreglo, él acabará del todo con la hucha de las pensiones. Not is problem: deberemos contratar planes de pensiones, y si, además de eso, ahorramos un dinerillo, ese que no sabemos qué hacer con él ahora que nos hemos quitado de fumar, pues incluso podremos mandar a nuestros hijos a colegios privados. Pero es que, además, con solo dos euros al mes que vayas ahorrando, así, gotita a gotita, y seguir trabajando hasta los ochenta años tienes la vejez asegurada. Eso es lo que hace la Villalobos y solo hay que ver lo bien que le va.

Mientras, en la comarca del Camp de Morvedre, después de ese túnel tan negro recién atravesado hay unas quinientas familias a las que la solidaridad popular, el Fondo de Alimentos, les da de comer. Y el índice del paro no deja de subir, así, si el año pasado teníamos casi 6000 parados, ahora ya tenemos más de 6600. Señores alcaldes de la comarca: ¿No sería una buena idea invitar a la señora Báñez a que se dé una vuelta por aquí y nos recomiende alguna de sus famosas recetas? Por aquí no anda la del Rocío, pero a lo mejor si nos trabajásemos bien a la Cheperudeta….

De todos modos hemos de ser optimistas: lo peor, el oscuro túnel, la crisis, ya la hemos pasado. Ahora solo nos queda el desierto. Ánimo.