Va a hacer un año que comentaba la necesidad de tener un servicio de cercanías de Renfe directo con Valencia, servicio que en su día contó con todos los parabienes populares, respaldados por 10.000 firmas y el beneplácito de todos los grupos políticos de la Generalitat. Pero se empezó a marear la perdiz y el tema fue de despacho en despacho, del Ministerio de Fomento a la Generalidad Valenciana… y al final, unos por otros la casa sin barrer, o lo que es lo mismo “unos por otros el tren que no llega”, a pesar de que de que la Conselleria reconoció que RENFE consideraba viable el servicio planteado y que en el informe de INECO se acreditaba la viabilidad técnica y económica para que el proyecto fuese una realidad.
Pues ahora resulta que no, que hay dificultades técnicas… ¿en qué quedamos? ¿antes no había problemas y ahora sí?. Aquí me parece que ya no son razones técnicas, sino políticas. Ya en aquella ocasión decía en mi artículo que para tener un servicio de cercanías a Valencia –cosa por otro lado que muy bien merece un núcleo de población con más de 40.000 habitantes- “hace falta que la reivindicación sea unánime, que se cuente con el apoyo de todos, sea cual sea su ideología política. Todos unidos: instituciones, empresas, partidos políticos y Ayuntamiento en una demanda firme y contundente. Si no lo hacemos, al final perderemos el tren”.
Bueno, pues ahí está el quid de la cuestión, que no ha habido un apoyo unánime en la gestión de pedir incansablemente que esta aspiración sea realidad. No dudo que todos deseen el ansiado tren, pero hace falta algo más que desearlo: ¡Hay que mojarse! Y cada uno desde su responsabilidad hacer llegar a quien corresponda la necesidad de este proyecto que se ha demostrado es viable y de un coste no superior a los 2,5 millones de euros. Incluso existe un estudio elaborado por Iniciativa Porteña que detalla perfectamente la ubicación de lo que sería la estación de embarque de pasajeros y el recorrido de la vía de ferrocarril, según el cual el 70 por cien de la población estaría a unos 12 minutos andando de la estación proyectada. Pero claro, para dar servicio a la estación tiene que llegar el tren y yo estoy convencido que no se ha perdido ni ha pasado de largo, simplemente: no ha llegado. Y para que llegue insisto que es necesario que se consiga el apoyo local, autonómico y nacional. Si hay que movilizarse, los ciudadanos nos movilizamos, y los partidos políticos con representación en todos estos ámbitos, a defender el tema con uñas y dientes. No nos queda otra.
