La sociedad catalana está fragmentada en dos. La decisión de sus gobernantes de iniciar un proceso independentista en contra de la ley catalana y la española provoca un conflicto preparado y a las bravas... La solución al conflicto es la cooperación dentro de las leyes, las leyes que contiene nuestra constitución democrática. Si no hay cooperación el resultado es que es las dos partes acaban empeorando su situación en Cataluña y en España, por razones fascistas, EL nacionalismo es parte muy vital del fascismo.

 

En Cataluña este compromiso es mucho mayor, ya que todos los catalanes cotizan a la Seguridad Social. Además, sus ingresos por cotizaciones sociales son 4.700 millones de euros menos que los gastos por el pago de las pensiones, el 2% del PIB catalán. Cataluña ha padecido desde 2008 una crisis de deuda externa, la Generalitat perdió el acceso a los mercados internacionales de financiación en 2010 y sus bonos cotizan a rentabilidades próximas a los bonos griegos. El BCE y el Tesoro Público han evitado quiebras de los bancos catalanes y el impago de la deuda de la Generalitat, incluidos sus bonos patrióticos a pequeños ahorradores. El impago habría provocado más destrucción de empleo, menores salarios y recortes mucho más intensos del estado del bienestar.

 

El otro gran compromiso en este conflicto es que los españoles (catalanes incluidos) compartimos tratados que garantizan la democracia y la libre circulación de personas y bienes con 500 millones de europeos y la misma moneda con 340 millones. La independencia de una región abriría la caja de Pandora en el resto de países y ayuda a explicar por qué ningún líder europeo la apoya. Gente de ideología nacionalista separatista hay en todos los países, idiotas y egoístas estamos repartidos en más o menos es todo el mundo.

El nacionalismo es el odio que envenena a los pueblos. Estos que dicen ser marxistas y justifican el nacionalismo independentista, son incongruentes e insolidarios, y al menos idiotas. Los independentistas y egoístas nacionalistas tienen en contra a la Constitución Española, al 80% de los españoles, a la ley catalana, a más de la mitad de catalanes, a los Tratados Europeos, a los países de la UE, a toda Europa, a China, a Rusia y al mundo entero, a los empresarios catalanes, a los inversores internos y externos, al turismo y a todo aquel que crea en la igualdad del ser humano. Y a su favor tienen a algunos curas y obispos que como siempre ponen huevos en varios cestos; al fascismo independentista europeo que felizmente no gobierna en ningún país; y a algunos marxistas españoles que desconocen el significado y valor que Marx le dio al nacionalismo.

 

Los nacionalistas separatistas catalanes pusieron la meta de llagada para alcanzar su insolidario fin el “Uno de Octubre”. Su “Mandato del Pueblo” fue una gran mentira, y tras su tremendo fracaso, hoy fijan ese 1-O, como meta de salida y ya no de llegada. Después de pronunciar su Declaración Unilateral de Independencia (DUI) sin contar con el apoyo de los partidos de la oposición, sin el apoyo de más de la mitad de catalanes y por supuesto sin el apoyo de la ley catalana ni española… se posicionan ante la ley como sedicioncitas y posiblemente como rebeldes. Ya, las fiscalías están en su trabajo de enjuiciar a los responsables por los delitos cometidos, como a cualquier otro ciudadano, y estos no deben tener privilegios. Ni siquiera los fueros de los “Señores y Condes” del medievo catalán. Pues lo ya dicho, hoy tienen como meta de salida el 1-O y de llegada el 21-D; tras estas elecciones autonómicas, pretender declara la segunda DUI si sacan la mitad más un voto o si tienen un voto más de la mitad en el Parlamento. Los demócratas unionistas catalanes deben estar permanentemente ganando mayorías para que Cataluña permanezca unida a España, pero a los “egoístas” les basta ganar una sola vez por un voto, para imponer su dictadura a todos. ¡Que cojones!

 

Europa está en un proceso unionista y no separatista, todo ello con la condición imprescindible de estar en una democracia de derechos y separación de poderes. El principio de este proceso es acabar con las continuas guerras territoriales (nacionalistas) e igualar economías, leyes y derechos; eliminar fronteras, simplificar comercio, liberar la implantación de empresas y la contratación de trabajadores. Desde el inicio de la humanidad y desde el individualismo, la familia, la tribu, el reino… la humanidad se socializa y se une. El nacionalismo divide en dirección a la tribu, la etnia, la lengua, el territorio, las banderas, los himnos… pura esencia fascista y nazi. Su idea de nación se basa en su superioridad respecto a otros.

 

El otro gran compromiso en este conflicto es que los españoles compartimos tratados que garantizan la democracia y la libre circulación de personas y bienes con 500 millones de europeos y la misma moneda con 340 millones. La independencia de una región abriría la caja de Pandora en el resto de países y ayuda a explicar por qué ningún líder europeo la apoya.

La salida hacia la legalidad, la concordia y la paz ha sido dada, hoy.