Muchos ciudadanos nos alegramos de la iniciativa del Ayuntamiento de apoyar a unos artistas del graffiti para que embelleciesen con sus pintadas algunas de las paredes más grandes y desangeladas del pueblo. Creo que estos hicieron un trabajo muy meritorio. Sus obras de arte (creo que estos trabajos merecen este calificativo, sin comillas) fueron realizadas con mucho esmero, demostrando que cada uno posee un estilo y una manera propia de resolver esos trabajos. A mí, personalmente me gustaron principalmente dos: el de la fachada principal de la EPA, trabajo realizado por una artista catalana creo, y, también el de un joven de aquí realizado en una pared que da a lo que en este pueblo algunos conocemos como “la Plaza Bilbao”, enfrente del “Hospital Viejo”.
Otr@s graffiter@s pintaron, además, las casetas de transformadores diseminadas por plazas y placetas Como decía, felicito al Ayuntamiento y a tod@s est@s artistas por haber regalado al pueblo un toque de belleza, que buena falta nos hace, pero esta mañana, al pasar por la EPA, he visto que el graffiti mencionado ya está “cagado” por un estúpido de esos que sin arte ni conocimiento ensucian las paredes. Estos necios, los que se dedican a estas gamberradas, están tan convencidos de su impunidad que suelen hacer de su propio nombre, de su firma, el objeto de su gamberrada.
Ya pasó, hace bastantes años, siendo alcalde García Felipe, que un alumno de un instituto de Villarreal en un viaje de su curso al castillo de Sagunto escribió algunas tonterías en las piedras y las firmó. Nuestro alcalde, con muy buen criterio, mandó averiguar quién había sido, el instituto de Villareal tuvo que pedir disculpas y el chaval tuvo que pagar el trabajo de limpiar las piedras más una multa más que merecida.
Volviendo a la pared de la EPA. Tenemos a otro gamberro que ha metido sus patas en medio de un graffiti artístico. El muy “listo”, confiando en la impunidad habitual de la que suelen disfrutar ha puesto su nombre y apellido. Muy fácil de localizar. Espero que a nuestra policía local no le cueste mucho encontrarlo para que se haga cargo de la sanción correspondiente. Para empezar, solo tienen que leer el nombre y apellido que el interfecto ha dejado escrito en la pared, seguramente con la intención de inmortalizarse.
Creo que ya está bien que año tras año los ciudadanos tengamos que hablar siempre de lo mismo y hacernos las mismas preguntas: ¿Qué se case tu amig@ te da derecho a pintarrajear y ensuciar tu pueblo? ¿por qué algun@s no recogen las cacas de sus perros? ¿por qué la gente deja las cajas de cartón al lado de los contenedores del papel reciclado? .... ¡Ya está bien!
