He leído las declaraciones de Teresa García acusando a otros partidos de ser depredadores del territorio. Probablemente la Concejala –Diputada de Compromís, se ha olvidado de que en la etapa de gobierno 2003-2007, en la que su partido puso como delegado de urbanismo al actual Alcalde, fue la legislatura en la que mayor daño medio ambiental se causó al municipio.
Millones de metros cuadrados de suelo agrícola, pasaron a ser pasto del cemento, en una etapa de especulación urbanística que diez años después seguimos pagando los ciudadanos de El Puerto y Sagunto. Recordarle a Teresa García, que su compañero Quico Fernández frenó de manera premeditada el proyecto del SUP 2, donde se encuentra la casa Noguera; y lo hizo para lanzar el Norte del Palancia en Sagunto, e indudablemente, la pifia del FUSIÓN.
Dice Teresa que quienes nos quejamos de que el Ayuntamiento no ha movido un dedo contra el PATIVEL, lo hacemos sin fundamento, porque según ella es un plan de acción encaminado a mejorar la vida de los ciudadanos. Sin embargo, lo que no explica Teresa son las razones para no alegar contra la decisión de la Generalitat, de convertir la zona del Borde Norte como suelo protegido. Según la edil de Compromís desde el Ayuntamiento no han puesto ningún pero, precisamente pensando en mejorar la calidad de vida de los vecinos, aunque sean de El Puerto. Esta protección supondrá una traba añadida a la futura construcción del puente que esperemos que una las playas de El Puerto y Canet. Además, por esa zona protegida debería ir el Boulevar Norte, desde la playa hasta la zona del Barrio de San José. El PATIVEL, nos va a generar problemas que se deberían haber evitado.
Ya dije la pasada semana que esta es una estrategia perfectamente diseñada para evitar el crecimiento futuro de El Puerto, pues es una obsesión del Alcalde y su compañera Teresa. Ellos pretenden que los futuros planes de desarrollo pasen por otras zonas como la denominada “mallá”, que se encuentra entre el vial inter núcleos y el río, indudablemente buscando esa unión imaginaria entre los dos núcleos de población y el enriquecimiento de algún promotor que se quedó en el camino. Al final, con esas políticas quienes acabarán pagando serán los ciudadanos a los que tanto dicen defender.
