La semana pasada escribía acerca de la oscura y sucia actuación del PP en la Generalitat en el tema del patrimonio industrial porteño. Me centré en la Nave de Talleres porque me parece que siendo la parte que más rápidamente y mejor se podría poner en uso da la sensación que se ha convertido en el tema más olvidado… como depende directamente de los de Rajoy…
Pero hay muchos casos más: está el Horno Alto, que cuando te explican por qué no está en uso te puedes morir de vergüenza ajena,,, el Museo Industrial del que dicen que hace años que está acabado pero que no lo ponen en marcha porque no les da la gana.. la Gerencia que se está rehabilitando parsimoniosamente pero nadie es capaz de decir para qué… El edificio de las antiguas oficinas del que no se sabe cómo ni para qué se rehabilita a ritmo tortuga… El Economato, que ahí está (menos mal que a ese no lo han derruido como se hizo con Joaquín Gamón) … en fin .. una larga lista de vergonzantes despropósitos con los que tenemos más remedio que convivir.
Decía que la semana pasada escribía sobre esto, pero lo que no dije, lo que se quedó en el tintero, es que realmente pienso que tenemos lo que nos merecemos, porque no es de recibo que un pueblo como éste, donde la inmensa mayoría de los ciudadanos venimos no solo de la clase obrera, sino de una clase obrera muy específica donde miles y miles de nosotros compartimos las mismas luchas y sinsabores por haber trabajado en esa misma empresa que nuestros padres sufrieron y nuestros hijos han sido criados bajo el influjo de esa misma raíz obrera, no seamos capaces de juntarnos para reclamar, para exigir un poco de respeto por nuestro patrimonio colectivo, para no perder la verdadera identidad de este pueblo, porque deberíamos entender que sin esa identidad no somos nada...
El cierre de “La Fábrica” significó un mazazo para todos. Después de unos años de angustiadas luchas mucha gente quedamos tocados por el fracaso de tanto empeño y esfuerzos. Yo me cuento entre ellos. Pero ya en los años noventa apareció la iniciativa de recuperar la Gerencia, iniciativa que fue el despertar para muchos en este pueblo vencido y humillado. Recuerdo conversaciones con vecinos que estaban persuadidos de que estábamos locos, pero ahí está la Gerencia ¡treinta años después! Hoy está claro que se conseguirá algo importante con ella.
Demostrado queda que la voluntad de un pueblo puede mucho, porque esa lucha lenta pero exitosa solo ha sido la de una parte minoritaria de este pueblo todavía inmovilizado. Cuándo despertemos todos estoy seguro de que no nos pararán, de que el futuro será nuestro.
