El pasado lunes tuvo lugar una nueva reunión del consejo de la empresa Aguas de Sagunt. Si algo quedó claro, es que a pesar de que el Ayuntamiento cuenta con el 51% de las acciones de la empresa, la representación del mismo, recae en los concejales de las distintas fuerzas políticas, por lo que si no existe consenso entre los representantes municipales, los consejeros de la empresa Aguas de Valencia (que tiene el restante 49% de las acciones), se llevan el gato al agua.
Y eso fue lo que ocurrió en este último encuentro. Lo primero que llama la atención, es que la regidora que se encuentra liberada para ejercer como delegada de aguas, no estaba presente. Y me parece realmente lamentable puesto que en lo que llevamos de 2017, hemos celebrado dos reuniones y que menos que contar con la persona que se encuentra a la cabeza de la gestión política, si es que a esto se le puede llamar gestionar.
Así las cosas, fue el Alcalde el que trajo hasta la mesa un acuerdo entre Aguas de Valencia y supongo que el equipo de gobierno. Digo supongo, porque ante la ausencia de Roser (EU) y la posterior abstención de Crispín (PSOE), solo apoyaron ese acuerdo dos representantes municipales, el señor Moreno (ADN-Podemos) y el propio Alcalde (Compromís).
Estos dos señores, junto a los consejeros de Aguas de Valencia, aprobaron destinar más de 600.000 euros a obras que hasta este momento, contaban con partida en los presupuestos municipales. Esta decisión iba avalada por un informe, cuyo contenido desconocemos, redactado por la Oficial Mayor del Ayuntamiento. Pues bien, por lo que se nos dijo, ese informe contaba con reparos por parte del Secretario General. Es más, a pesar de pedir desde la Oposición que se nos facilitara el contenido del informe, se nos negó porque según Quico Fernández, estaba “inconcluso”. Es decir, estaban tomando una decisión, basándola en un documento que no estaba acabado y cuyo contenido contaba con reparos por parte del Secretario General del Ayuntamiento.
Ante semejante situación, PP, IP y Ciudadanos votaron en contra, con lo que la mayoría absoluta de los representantes municipales nos opusimos a ese acuerdo que fue aprobado gracias a ADN-Podemos y Compromís. Esta situación me parece de una gravedad extrema, puesto que el Alcalde podría haber pospuesto la votación hasta dejar aclaradas las dudas razonables, pero Quico Fernández y Sergio Moreno sabrán las oscuras razones que los llevaron a aprobar ese acuerdo junto a los socios privados de Aguas de Sagunt.
Esa misma tarde denuncié la situación en la prensa local, y cuál fue mi sorpresa cuando el delegado de Patrimonio, Pepe Gil (Compromís), salió a responderme afirmando que el informe de la oficial mayor si estaba concluido, cuando el día anterior se nos dijo lo contrario. El caso es que cuatro días después, sigo desconociendo el contenido de ese documento, si es que está terminado, y de los reparos del Secretario General, lo cual nos da una idea de cómo funciona este ayuntamiento, tan claro y cristalino como el agua.
