Llevo en esto de la política unos cuantos años y jamás pensé que me encontraría con un equipo de gobierno como el actual, tan torpe, tan demagógico y sobretodo, tan poco de fiar. Ellos siguen a la suya, ahí los tenemos con los presupuestos recién presentados, pasando olímpicamente del resto de grupos políticos de la oposición que seguimos siendo mayoría absoluta en el Pleno. La portavoz de Compromís convocó una rueda de prensa para explicar los pormenores de esos presupuestos, que en un alarde de menosprecio, había llevado a la comisión fuera del orden del día y por sorpresa, a escasas tres horas de esa presentación a los medios. Esta es la seriedad de quienes se venden como el gobierno de la transparencia, que en realidad está actuando a espaldas no solo de los partidos políticos de la oposición, sino también de la mayoría de los ciudadanos.

 

Se autoproclaman representantes de un gobierno abierto a la participación. Y yo me pregunto a quien pretenden engañar, cuando esa participación viene mayoritariamente de sus palmeros, escondidos tras asociaciones en las que hay bien posicionados conocidos miembros y simpatizantes de los partidos del gobierno municipal. Lástima de aquellas entidades vecinales de finales de los 70 y la década de los 80 que no se casaban con nadie, y que ahora son meras herramientas para aplicar políticas de participación sesgada y dirigida hacia donde les interesa a determinadas fuerzas políticas.

 

No son de fiar, y para muestra lo ocurrido en el último pleno con la propuesta de IBI. Tras varias comisiones, quedaban encima de la mesa una propuesta que había lanzado el PSOE y la del equipo de gobierno, por lo que se convocó una hora antes del pleno una última comisión de hacienda. La diferencia sustancial estaba en el valor a aplicar a las empresas cuyo valor catastral es superior a un millón de euros. Y no me refiero a las grandes factorías, me refiero a AGC, Pilkinton, Ferrodisa, Forflesa, Espontex, Comonsa, etc. Estas entidades ya sufrieron el pasado año una subida del 20%, por lo que en la propuesta socialista se hablaba de una rebaja del 15% este año, algo que Compromís, EU y ADN se negaban a aceptar. Al final con tal de desbloquear la situación desde Compromís se planteo que esa rebaja estuviera en un 12%, con lo que se votó en la comisión aprobándolo los partidos de la oposición, con la abstención de Compromís y el voto en contra de EU y ADN.

 

Así nos trasladamos al pleno, pero la falta de acuerdo entre los integrantes del equipo de gobierno, retrasó el inicio de la sesión y se produjo un receso en el que se convocó a los portavoces. Y allí en alcaldía, tras una nueva negociación, llegamos a un último acuerdo para que esa rebaja fuera de un 8%, con la aprobación de Compromís y EU que mostraron su conformidad junto a IP, PSOE, PP y Ciudadanos. Pero aún quedaba un último capítulo.

 

Comenzó el Pleno con una hora de retraso, pues tras la reunión de portavoces, aún se quedaron los del equipo de gobierno discutiendo lo que acabábamos de acordar todos a excepción de ADN. Cual fue mi sorpresa cuando tanto Teresa García (Compromís), como Guillermo Sampedro (EU), negaron que hubiera acuerdo alguno. Apenas habían pasado quince minutos y nuevamente rompían de manera unilateral lo acordado. Así las cosas, la única opción que dejaban era votar lo aprobado en la comisión, es decir, el primer acuerdo con Compromís y por eso, al final se aprobó una rebaja de un 3,5% en el IBI aplicado a las viviendas y un 12% en el aplicado a las industrias cuyo valor catastral es superior a un millón de euros.

 

La verdad es que es difícil de explicar porqué el equipo de gobierno tuvo este comportamiento infantil, aunque escuchando su demagogia durante el Pleno, me doy cuenta de que lo que pretendían era vender a la ciudadanía que desde la oposición rebajamos el IBI a quienes más tienen. Y ese argumento populista pero simplón, no ayuda en absoluto en la atracción de inversiones si es que lo que pretendemos es llenar nuestros polígonos de nuevas industrias. Cualquier inversor que busca un lugar donde levantar su empresa, se irá al municipio de al lado ante la sensación de que aquí lo van a masacrar a impuestos. Estamos hablando de facilitar la instalación de nuevas factorías y con Quico y Cía., a lo que invitamos es a que los empresarios salgan de aquí por piernas.

 

El caso, es que a pesar de lo que hayan leído por ahí, la realidad es incontestable, puesto que de las grandes empresas, denominadas BICES, se cobrará por este impuesto el máximo permitido por la ley. Unión Fenosa, Saggas, Puerto Comercial,etc, pagarán un total de 7,2 millones de euros, 2,2 millones más que cuando empezó a gobernarnos Quico y su banda. Así que menos quejarse y más trabajar señores del equipo de gobierno…