Como la administración pública tiene tan mala fama en cualquiera de sus escalafones, los ciudadanos prefieren la gestión privada, que, como norma general, no tiene porqué ser mejor ni más barata. Hay muchos ejemplos que acreditan esta afirmación, pero, probablemente, el más claro sea el sistema sanitario implantado en los EE.UU., que, pese a ser privado, es el más caro del mundo mundial y solo es bueno para el que tiene dinero.
Un ejemplo de competencia en el contexto de la administración pública española, que todo el mundo conoce, es el de la Agencia Tributaria. En ese organismo del Estado todos son empleados públicos, sin embargo, su funcionamiento, como el de un reloj suizo, es altamente eficaz. Otra muestra de todo lo contrario, es el de la administración de Justicia, que no va ni cara al aire. Es evidente que la Agencia Tributaria funciona como un tiro porque interesa y los tribunales son más lentos que el caballo del malo porque también conviene.
Todo este preámbulo viene a cuento para hablar de la privatización encubierta del agua que se llevó a cabo en Sagunto con la constitución de Aguas de Sagunto, gracias a la colaboración necesaria del Partido Popular, el PSOE y los ediles del Bloc, hoy Compromís. Los ciudadanos que habitamos en el municipio de Sagunto no hemos encontrado ninguna mejoría, como usuarios, desde que se puso en marcha esta empresa. Sin embargo, sí que hemos apreciado un incremento del 50%, el 60% o incluso más, en el precio del recibo. Es decir, que, por lo mismo, pagamos muchísimo más. Desde luego, esto no se le ocurre ni al que asó la manteca. Hay que ser muy irresponsable u otra cosa, yo creo, más bien, que otra cosa, para adoptar una decisión como la que se tomó, que está suponiendo un quebranto económico para los usuarios de este servicio.
De lo tratado en la pasada audiencia pública, donde se informó de este polémico asunto, parece que el problema se produce porque los doce millones de euros del mal llamado canon del agua, que recibió el Ayuntamiento de Sagunto y que se gastó el Gobierno del PP en lo que consideró oportuno, ahora los debe devolver con sus correspondientes intereses Aguas de Sagunto, que, naturalmente, también lo repercute en el recibo a través de la tarifa. Pero reducir el problema a esa cuestión es de una simpleza que ofende la inteligencia, porque PP, PSOE y Compromís, aceptaron que ese préstamo lo recibiera el Ayuntamiento y lo pagara Aguas de Sagunto. El problema no está ahí, naturalmente que no, donde está realmente el quid de la cuestión, es en que se ha puesto al zorro a cuidar de las gallinas. Desde luego, sí que son listos.
