Al igual que las creencias religiosas van siendo colocadas en el ámbito personal y no en el ámbito del estado, también las ideologías políticas van cediendo su dogma y haciéndolo más tratable y democrático. Esto de no aceptar “dogmas” y la libertad de opinar y elegir en voto secreto y sin coacción, es la mejor de las cualidades de la democracia (y no me refiero a esas nuevas ideas o intento de camuflaje de dictadores, de “Democracia ya” o “Democracia asamblearia”, que no hay voto secreto y se ejerce la coacción) sobre las personas afectadas, caso de las ideologías fascistas y socialistas, ambas dogmáticas y opresoras. No en vano el socialismo en Europa primero y después en el resto del mundo, fracasó después de más de 70 años de opresión sobre los pueblos que la sufrieron. Hoy se impone la socialdemocracia en Europa y en el resto del mundo. Hay quienes aún confunden socialdemocracia con socialismo. Nada más lejos y diferente. El PSOE se hizo socialdemócrata y mantuvo su nombre y apellidos, pero ya ni es obrero ni socialista. El nombre de “socialdemocracia” confunde en la noche, mejor denominación es la de “capitalismo social”, y ya se está modificando por los politólogos. Todos los países socialdemócratas primeros y los reconvertidos… son de economía capitalista, cumplen con todos los requisitos de los DDHH, en teoria y en sus leyes. El socialismo reclama la revolución para cambiar desde el capitalismo al socialismo, pero pide evolución lenta cuando ya tiene el poder dictador, pide paciencia, para pasar de la dictadura comunista al socialismo.

 

 

• En el socialismo el único propietario es el estado, no existe la propiedad privada si no la propiedad social o colectiva que gerencia el estado socialista. La propiedad es restrictiva. En el socialismo no admite otra economía que la socialista y su racionamiento es metafísico o abstracto. El dogma se impone y no es discutible, es emocional. En la ideología socialista se persigue la felicidad para todos mediante la igualdad eliminando la iniciativa individual y la economia de mercados libres. El estado es monopolista y distribuidor de la felicidad. El socialismo proclama el monopolio, todo lo gerencia el estado. La igualdad de los individuos en la posesión material y la riqueza, es uno de los fines principales del socialismo. El estado socialista desea conducir al individuo y tomar las decisiones colectivas para todos, el individuo se supedita a la sociedad y al estado.

 

 

• En la socialdemocracia o capitalismo social, el individuo es propietario y también el estado, ambos pueden ejercer la misma actividad económica y los mismos servicios al ciudadano, todo ello regulado por las leyes y bajo la tutela de una justicia independiente. Los medios de producción pertenecen mayoritariamente al individuo o a sociedades privadas de individuos y capitales llamadas empresas, los bienes producidos se negocian en los mercados de oferta y demanda. El capitalismo social contemporaneo sustituye la igualdad socialista por la equidad, la ordenanza del estado por la solidaridad social orgánica desde la democrácia. Y la equidad la regula a través de los impuestos sobre la propiedad privada, sobre los beneficios de la producción, sobre el consumo... Paga más quien más gana para repartir en equidad y no en igualdad.

 

En los países desarrollados, obviamente capitalistas, las normas para la gestión privada compatible con el mercado libre están reguladas, y lo privado compite contra el monopolio del estado en dominios tales como salud, educación y bienestar social. Ambos son compatibles y complementarios, simplemente se requiere que los servicios sociales estén abiertos a la competencia de los proveedores del sector privado voluntario y que el estado reembolse a los que optan a recibir los servicios sociales de empresas privadas. En el caso de la gestión de los bienes y servicios colectivos, lo público, donde los costos de transacción pueden ser estimados demasiados altos para permitir una provisión privada eficaz, es imprescindible que la acción del gobierno esté estructurada de tal manera que no suponga un obstáculo a las alternativas privadas o voluntarias. Los límites de esos casos en los que es poco probable que se logre, no puede ser inamovible a soluciones de propiedad privada, pero van a cambiar a medida que las innovaciones tecnológicas mejoran las posibilidades de soluciones descentralizadas y en sustitución a la solución colectiva. El colectivismo ya no es de este tiempo y menos del futuro. Se impone la libertad y la equidad en estados democráticos y no dictaduras... ni siquiera la del proletariado.

 

Paradójicamente, la mejor manera de mejorar la confianza en un proceso democrático en libertad es respondiendo a la pregunta ¿Quien proporciona los servicios sociales gratuitos públicos? En la pluralidad y en la libertad de elección y no el monopolio, es la via natural. Es así como puede ser reducido el número de áreas que están sujetas a intervencionismo estatal y por lo tanto reducir los costos de información, mejorar los servicios y centrarse en la atención de lo público en el público en general; y en un conjunto más limitado de cuestiones tales como la legislación, la justicia, la defensa, la gran financiación… la política exterior y obviamente el control de la gestión privada, que sólo el estado puede ser capaz de tratar. El estado que legisle, que gobierne, que se ocupe de la seguridad; que impulse la economia, que controle lo privado, que aplique justicia, regule la economía, se ocupe de mejorar la equidad y la solidaridad y que todo ciudadano tenga trabajo y los servicios sociales cubiertos… Para todo lo demás, que nos deje trabajar e impulsar a los ciudadanos respetando las leyes democráticas… en libertad.

 

Nadie sin derechos básicos para la vida, pero nadie que no aporte el trabajo básico y posible a su capacidad. Y esa función es del estado. Hay mucho monte para cuidar... por decir algo.