No voy a entrar en este artículo a explicar las razones por las que el espigón de la playa de El Puerto es sin ninguna duda, el punto más peligroso de nuestra costa. Cada semana se dan nuevos casos de rescates, en algunos casos muy angustiosos y en otros con fatal desenlace.
Ese espigón fue construido tras la flagrante ilegalidad cometida cuando se construyó el Puerto Siles, que ahora ya está perfectamente integrado en la costa de Canet, pero que en el momento de su construcción generó grandes problemas en la playa de El Puerto que se llenó de piedra y durante unos años tuvo que recibir trasvases de arena.
Los técnicos de costas, en su momento decidieron que la mejor manera para que nuestra playa recuperara su esplendor, era la construcción de este espigón con su forma particular, que permite que con las corrientes que generalmente se producen en la zona, se acumule arena en este trozo de litoral.
Pero lo que son las cosas, lo que parecía una solución para nuestra playa, con el tiempo se ha convertido en un peligro que ha costado la vida de unos cuantos bañistas ya. Se ha recurrido a las boyas, la señalización y más recientemente, en una buena idea de la concejalía de playas, a un cartel explicativo de cómo actuar en el caso de verse arrastrado por las corrientes marinas.
Sin embargo, el problema prevalece y sobretodo fuera del horario de socorristas, siempre hay algún despistado que sin saberlo, desafía a la madre naturaleza, en este caso asociada a la torpeza con la que se construyó esa infraestructura. Y así pasan los años, con el susto siempre en el cuerpo, escuchando a las personas quejándose de que si es tan peligroso, alguna solución habrá que buscar… O cuando se produce un rescate o se ahoga algún bañista, siempre, absolutamente siempre, aunque no haya sido así, la mayoría de los comentarios o conversaciones al respecto, acaban en el dichoso espigón.
Por este motivo, creo que ya está bien. En la administración supongo que habrá buenos técnicos también, que conociendo el funcionamiento de este tipo de infraestructuras, sabrán cuales son las medidas necesarias, para solucionar este peligroso problema que tenemos. Digo yo que será prioritario salvar vidas, antes que pensar en llevarse arena de nuestra playa o construir nuevos y diabólicos espigones en las playas del Norte. La prioridad es la seguridad de los bañistas y, por lo tanto, lo lógico es que se dejen de hablar de otras cuestiones, y por encima de todo lo demás, se pongan manos a la obra para acabar de una vez por todas con esta amenaza que ellos mismos crearon.
