La rebelión egoista.

Jueves, 28 Julio 2016 04:05

Durante la IIª República se produjo un acontecimiento relativo a la rebelión militar, que merece ser destacado por la posible analogía con la situación actual en Cataluña. En octubre de 1934, el President de la Generalitat, Lluis Companys realiza la solemne proclamación del Estado Catalán (hoy con menos cojones, lo llaman Desconexión) mientras en Asturias se gesta una revolución minera que acabaría con una brutal represión y miles fueron condenados por rebelión. El gesto político de Companys fue respondido de inmediato por el Gobierno de La República Española, con la declaración del estado de guerra y la detención y procesamiento del President, que sería juzgado un año más tarde por el Tribunal de Garantías Constitucionales como autor de un delito de rebelión militar. De nada sirvieron los buenos oficios de su abogado Jiménez de Asúa, quien planteó la defensa arguyendo que Company no pretendía separarse de España sino “integrarse de otro modo” en un sistema confederal pero dentro de la II República española. 
 
Company fue condenado a treinta años de prisión por La República. Su condena no impidió que en la postguerra fuera fusilado como rebelde, por el Régimen Franquista, pero no por rebelión contra La República Española, si no por haber sido Presidente de Cataluña de la II República Española, una paradoja que expresa con claridad el carácter netamente político de este delito.
 
Hubo una bandera que quiso representar los intereses fundamentales del pueblo, de todos los pueblos del mundo, pero no es la bandera de la nación, ni de esta ni de ninguna otra nación. Es la bandera roja del comunismo y la revolución proletaria, la bandera internacional, la de la solidaridad, todas las demás son las banderas de los egoístas, los nacionalistas cortos de recorrido, las banderas de los condes. ¡Quiero un Monolito Rojo!
 
Y esto no lo digo sin creencia, porque es de lo que en nada me ha cambiado el tiempo y las desilusiones de todas las revoluciones. Nada peor que los nacionalismos y las religiones hay para la humanidad. Nunca habrá igualdad de derechos mientras el nacionalismo esté presente en la mente de las personas y haya quienes crean ser mejores que sus vecinos. El Nacionalismo es la primera causa de conflictos, odios y guerras. El cultivo del resentimiento contra otros humanos, es lo que les conforma y les da identidad; inventan su bandera, himno, historia, raza, lengua, costumbres y por último marcan su territorio con su orina, al igual que los perros. La lucha de los pueblos oprimidos por el imperialismo, eso es otra cosa, aquí no es el caso; esto de los políticos nacionalistas independentistas catalanes… es sedición en términos políticos, en la parla de mi barrio La Marinas, decíamos: ¡No me toques las pelotas, macho! Y esto ya se entendía bien. Así que sepan ser mayores de edad y soporten las consecuencias. ¡Valor macho!
 
Su reafirmación y su identidad (De los nacionalistas vascos, catalanes y otros…) se basan en la constante utilización de las afrentas históricas y las que se inventan cada día, te recuerdan las batallas de sus antepasados, (los nobles) en defensa de sus derechos (derechos de los nobles), te ponen bombas en defensa de sus banderas o sus ideales egoístas de nacionalismo, sus trapos e ideas se anteponen a la vida y a la paz. Te llaman “Charnego, Churro o Maqueto” por proceder de otra tierra, porque no te aceptan, hay que diferenciar. No son todos, pero si los nacionalistas, que ya son demasiados, son menos que los “no nacionalistas”, pero los nacionalistas son militantes, los otros son simplemente ciudadanos, no están todo el día en la brega de cómo ondear su bandera. Derecho a la soberanía… dice que tienen. Pero mi soberanía se les opone, tengo también derecho. ¿No?
 
Ese derecho lo tiene el pueblo español en su conjunto desde hace 500 años, y refrendado en votaciones libres desde 1978, donde el pueblo catalán la corroboró con un 90,46% y se opuso negativamente un 4,61%. En Madrid se votó con un sí del 86,14% y se opuso un 10,11%, Valencia la apoyó con un 88,84 y la negó un 6,97%. Dice el Art.1.2, que la soberanía reside en el pueblo español. Solo con votaciones a nivel del estado se puede desmembrar una parte de este, no por la voluntad de alguna de sus partes. Esto es sedición, rebelión y traición… y tocar las pelotas. No se trata solo de todo el resto de España, se trata que hay una parte, que ya sea la mitad o un cuarto, que no quiere, no querrá. Que las familias y personas quedarían divididas ¿si no, para que la separación? ¿Se le dará también ese derecho a las provincias, comarcas y pueblos de Cataluña? Sería la misma lógica y la misma ley, después del referéndum… mil divisiones que deberían ser respetadas. Los nazis, a esto diran que Cataluña es indivisible. ¿Que harian con el supuesto 49% que no quiere dejar de ser catalan y español?
 
El derecho por lo que se debería darse la autodeterminación unilateral, es inconstitucional y quien la promueve siendo autoridad del estado actual, comete sedición y eso tiene un premio en nuestras leyes. El derecho internacional a la autodeterminación de los pueblos solo reconoce a los territorios coloniales o sometidos a ocupación extranjera. También justifica este derecho de orden internacional, a los pueblos y comunidades sometidos a la violación de derechos humanos y cuando se les priva de la participación democrática dentro del estado en que está comprendido. En este estado actual, quien quiera separar alguna parte deberá hacerlo dentro de las leyes democrática vigentes y nunca será legal hacer leyes contra la constitución a una parte del territorio por autoridades perteneciente a este mismo estado… salvo la rebelión, salvo la guerra fratricida. Aquí votamos todos o ninguno.
 
Ya ves amigo, se une la derecha oligárquica y la izquierda nacionalista y dos o tres izquierdas a la izquierda Nazi. El nacionalismo, no tiene sentimientos de solidaridad, ni es altruista, es nacional-fascista, egoísta y pendenciero, no les importa que todos perdamos, no les importa poner bombas, dar tiros en la nuca, no les importa más que lo suyo, su identidad, sus cantos y banderas de trapo viejo… eso es nacionalismo, fronteras y separación. ¡Venga ya, y no nos toques las pelotas, macho!

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