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Alejandro Mayordomo Buendía

Y que no vuelvan

Lunes, 27 Junio 2016 16:27

Si damos por acabado el periodo escolar 2015-16 en la enseñanza pública no universitaria, ya podemos afirmar que, otro curso más, acaba como el rosario de la aurora. Y es que aunque un bipartito de conveniencia, con el apoyo parlamentario de los asaltadores de los cielos sin consenso, tomara hace un año las riendas de la Generalitat, y por ende de la Consellería de Educación, en ese tándem de conveniencia que se la ha repartido, en lo fundamental, nada, y en lo básico, apenas nada, ha cambiado. Brocha y barniz a lo sumo.

En mi colaboración anterior en este Blog de Cascorro salía en apoyo de dos medidas (para que luego no digan) tomadas por “mis” nuevos jefes, porque me parecían, más que básicas, elementales, estando tan dignos representantes políticos en el poder, y en la responsabilidad de gestionar la enseñanza pública. Bien es verdad que también lo hice para señalar y dejar en su lugar a los que en  estos años de gestión pepera (me niego a llamarla popular) se han “amamantado” del articulado de aquella normativa para beneficio propio: fundamentalmente para los gestores en los distintos niveles, incluidos los Centros.

Justo es reconocer que a la llegada las arcas estaban vacías (en parte por saqueo y malgasto). Pero cuando pidieron el voto, después del Botánico, lo sabían. Y sabían cuáles iban a ser sus limitaciones presupuestarias.  De igual manera era de todos  conocido que la LOMCE suponía un marco normativo que les venía dado. Y que además eran conscientes que con los gestores de segundo nivel  y en funcionarios de nivel intermedio, iban a tener que contar, y eran los “agradecidos” y “agraciados” en estos años de barrabasadas, prepotencias, ocultamientos, experimentos con gaseosa y mucha, mucha, propaganda y mentira.

Pero ¡ay! amigo. Ya vamos haciéndonos una idea.  La “ambiciosa” medida de la “Xarxa LLibres” ha devenido en una propaganda electoral sin disimulos, traducida  en una confusa e imprecisa, además de enfarragosa y burocrática normativa, que si bien ha supuesto un ahorro familiar (red al caladero de votos), ha generado tal malestar y mal rollo entre los E. Directivos, docentes, Jefes de Servicio de Educación en los Ayuntamientos, etc. con los responsables de la conquistada sede de la Avda. Campanar; fundamentalmente por la carga de tareas burocráticas en los centros y Ayuntamientos,  y que un sindicato “de la cuerda”  hasta llega a afirmar que  “los claustres i els equips directius dels centres educatius están indignats”. Y lo que vendrá después, añadiría yo. Ahora, el profesorado y los E. Directivos, indignados, sí, pero ya tenemosy tienen excusa: nos obligan  a ser administrativos, para lo que no fuimos contratados, en detrimento de nuestra función docente que en estos días debía estar centrada en evaluaciones, memorias y propuestas de mejora, planificaciones… Pues nada: más burócratas y menos docentes, total… a cobrar a final de mes.

De igual manera, la “espectacular” medida de poner en marcha 30 aulas de dos años, en plan experimental en la CV(ampliada para el curso próximo en 30 más) y que han contado con las facilidades de los centros “amigos” y “agradecidos”, dispuestos a asegurarse la matrícula más que nada, habrá  resultado aliviadora para las rentas de esas familias(lo comprendo), y habrá supuesto votos y halagos de los beneficiarios directos; pero no estoy tan seguro que se haya llevado a cabo en condiciones para niños de esa edad, y quizá haya supuesto y suponga merma de instalaciones y recursos  para el resto de alumnos del segundo ciclo de la Educación Infantil. Además que de gratuita, gratuita, nada (como en el segundo ciclo). Es verdad que me faltarían datos para hacerme un juicio justo, pero es verdad también que la evaluación divulgada del experimento, si la hacen los mentores y  “agraciados”, la pongo en cuarentena, porque ya nos conocemos, y aquí no hay espacio para adentrarse en ello.

La inestabilidad de plantillas que afecta a un 32% de las mismas, y recuperar parte de los puestos de trabajo perdidos en el proceso de estafa; la situación de los interinos y opositores; el fiasco de la regulación (para los partidarios) de la jornada continua(tarde, mal y nunca, además de con trampa); el totum-revolutum normativo que tanta inseguridad e indefinición(y atropello) produce; aquellos prometidos “programas de atención a la diversidad alternativos” que ni se les ha visto ni se les espera, serían temas con los que adentrarse y extenderse. Valientes se han vendido al sortear las pruebas extraordinarias a los alumnos de tercero y sexto que recogía la LOMCE(no estoy seguro que lo hayan hecho por proteger a los alumnos de tan ocurrente idea, sino más bien en clave de política nacionalista, y por temor al descalabro en los resultados que les sacaría los colores a unos y a otros);  pero asidos, y nada dispuestos a superarlo, y nada beligerantes, con el retroceso que supuso la gestión democrática de los centros de la época Wert, Font de Mora,  Catalá y Cía. Por señalar algún extremo, y no adentrarme en las intenciones en  cuestión lingüística, existente y venidera.

Un año es poco tiempo. De acuerdo. Condicionantes impuestos, existen. Pero se pueden vislumbrar ya tendencias, intenciones, y da tiempo a conocer que, si lo que van a continuar plasmando en el DOGV es así de “guay”, no me jubilo, que esto promete. Si la “Primavera Educativa” fue un fisco de escaparate en el que vender humo, el curso escolar que termina, iniciado el verano, es para esconderlo. Al menos, eso sí, justo es reconocerlo, no se conocen casos de mangantes sueltos montando tinglados para sí, los amigos y el partido, como en aquellos, que se sabía y se ha evidenciado después del desalojo. A cada uno lo suyo. Y que no vuelvan.


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