Esta semana, el tripartito municipal ha realizado dos audiencias públicas: la primera en la glorieta de Sagunto, con carpa incluida, que queda más clásico y siempre atrae más al fisgón ocioso; la segunda en el Puerto, en el terraet del Triángulo Umbral. La verdad es que ambos actos han contado con cierta afluencia de público, gracias a la participación de los trabajadores de Lafarge, que asistieron a las dos, y a los hosteleros con terrazas en la calle, que, al estar muy cabreados por las más de 200 multas de 300 euros que les ha remitido el consistorio, se dejaron caer por el Triángulo Umbral.
Se pueden sacar algunas conclusiones de lo ocurrido en estos dos eventos, la primera de ellas la recoge magistralmente nuestro propio alcalde, el señor Fernández, al decir que: «en un año de gobierno hemos sentado las bases de otra forma de hacer política en este municipio». Creo que no se puede expresar de forma más nítida el resumen de la acción de gobierno de estos primeros 365 días. Qué capacidad de síntesis. Impresionante. Se nota que es profesor.
El segundo aspecto es la asistencia de público, pues gracias a los empleados de la cementera y los comerciantes, hubo cierta concentración humana. De no ser por estos dos colectivos, apenas cuatro gatos habrían asistido. Que al señor Fernández, que le votaron en Sagunto cuatro personas y media de cada diez, apenas haya ido gente a escucharle en la audiencia de la glorieta, da mucho que pensar. Ni los propios correligionarios de los tres partidos que forman el triunvirato hicieron acto de presencia. Luego pasarán las elecciones del 26-J y como la coalición de Podemos, EU y Compromís, obtendrá buenos resultados en Sagunto, porque las otras opciones pasan por votar al PSOE o a la derecha, el tripartito municipal sacará pecho, asociará el éxito a la gestión municipal tan espectacular, y nuestro alcalde todavía se pondrá más estupendo. Ya lo verán.
Este doble fracaso, sin paliativos, demuestra que la política de comunicación es manifiestamente mejorable, que necesita muchos ajustes. Los profesionales que asesoran a la primera autoridad local no deciden en esta materia, ese es uno de los problemas, pero no es el único ni el principal. La forma de actuar, a golpe de ocurrencia, con una improvisación temeraria, sin objetivos definidos, es la responsable de que pase lo que pasa.
Lo ocurrido con las terrazas, por ejemplo, ha sido de película de Berlanga. La concejal de Compromís, Teresa García, promueve las más de 200 denuncias a los hosteleros, que cursa la Policía Local, pero sin contar con la edil responsable de este departamento, Roser Maestro, que es la que al final se ha comido el marrón.
