Comentaba en mi columna anterior que el actual tripartito, formado por Compromís, EU y los 'podemitas' de ADN Morvedre, le ha metido un hachazo considerable al plan de empleo de este año, que, como es sabido, está destinado a parados de larga duración, es decir, a uno de los colectivos más necesitados del municipio. Llama la atención que en la anterior legislatura, cuando gobernaba el Partido Popular, desde Compromís se exigiera que todo el superávit municipal de cada ejercicio se invirtiera en los planes de empleo, como efectivamente así ocurría. Sin embargo, ahora que Compromís corta el bacalao en el Gobierno de Sagunto, vemos que ha cambiado el criterio. ¿Como puede ser que antes le preocuparan tanto los parados y ahora tan poco?
No es eso, aquí lo que pasa es otra cosa bien diferente. Cuando Compromís estaba en la oposición, presionaba con la noble excusa de apoyar a los más necesitados, para que los del Partido Popular comprometieran todo el superávit de cada año en financiar el plan de empleo y, por consiguiente, no dispusieran de fondos para acometer obras o proyectos en el municipio. Se trataba, en definitiva, de 'quemar' todo el dinero, arreglando aceras y otros trabajos menores, para que los populares no tuvieran obras con las que lucirse electoralmente.
Ahora, que Compromís ocupa la Alcaldía, han tenido que elegir entre rentabilidad social y rentabilidad electoral, por eso le han pegado un recorte espectacular a los fondos destinados al plan de empleo, que de los 6,7 millones de superávit de 2015, solo se invertirán 1,9 millones en 2016. Esto permitirá que se destinen los otros fondos a sufragar algunas obras o edificios. Hasta el PSOE ha bendecido esta operación, que aprobó en el pleno del pasado martes, argumentando que gracias a ellos, la partida de dependencia de 100.000 euros, se incrementaba hasta 200.000. Al final, como alguien le recordó en la sesión al señor Crispín, han apoyado este tema a cambio de cuatro chuches.
En definitiva, que ya ha pasado el primer año de esta legislatura, que solo quedan tres y, como el tiempo pasa volando, el tripartito tendrá que ir planificando, para cuando nos acerquemos a las elecciones de 2019, la inauguración de algunas obras, sin curas pero con su particular liturgia, que también la tienen. Sería impensable que el tripartito se presentara en 2019, que, como aquel que dice, está a la vuelta de la esquina, con una mano delante y otra detrás. Algo tendrán que hacer, para vendernos una muy buena gestión. Al final, da lo mismo que los políticos sean de la vieja política o de la nueva, lo de inaugurar obras, con la liturgia de cada cual, visto lo visto, está escrito en todos los manuales.
