Alguna vez Esperanza Aguirre dice algo inteligente. No se prodiga mucho pero de vez en cuando suelta alguna frase venenosa de aquellas que dan titulares. Esta vez le cambia muy agudamente el nombre a la formación de Pablo Iglesias denominándolos “Posemos”. Y tiene razón; porque está claro que Iglesias, Bescansa, Errejón, etc, son extremadamente hábiles para salir en las fotos o dar titulares. Ella sabe mucho de eso puesto que al fin y a la postre se trata de su propia profesión.
Los que llevamos un montón de años siguiendo con atención los altibajos de los acontecimientos políticos, desde el minuto uno de la fundación de Podemos venimos observando con sorpresa y admiración la tremenda habilidad que estos jóvenes vienen demostrando para, sin tener un duro, estar permanentemente presentes en los medios y conseguir de un modo u otro ser parte central de la noticia. Podemos siempre está en campaña, siempre está en el centro del debate y todo ello con una financiación más que precaria.
A la Espe y demás rivales políticos, acostumbrados a tirar de talonario, esta competencia les saca de sus casillas porque saben lo mucho que les cuesta financiar sus campañas, electorales o no, lo caro que está todo y la corrupción que ha supuesto para sus dos grandes partidos el financiarse de forma ilegal. Llevan muchos años con contabilidades B. Al principio se trataba de conseguir dinero para competir entre ellos, luego, con el tiempo, el fulano designado como “conseguidor” ya tenía montada su propia trama de corte mafioso que manejaba mucha pasta y que a su vez no estaba controlada por la parte del partido que no estaba en el ajo: de ahí Filesa, Gurtel, Eres, Púnicas, Taulas, etc. Poco a poco esta gente, o esta mafia, han ido controlando los partidos hasta desvirtuar (si alguna vez fueron limpios) lo poco decente que había en ellos.
Por eso es normal que la Espe pronuncie Posemos con un rictus amargo fruto de la frustración de saber (están policialmente muy bien informados) que el poco dinero que se maneja desde esta formación es dinero limpio, comprobando a su vez lo muy efectivas que son las campañas y las acciones de estos jóvenes tan bien preparados y que saben muy bien de qué va esto de la política.
Por otro lado, es de esperar que tarden en darse cuenta de que la repetición de burdas mentiras como aquello de “bolivarianos” “financiados por Irán” “dictadura venezolana” etc, juega en su contra pues a muchos esas cosas no les dicen nada y a otros les han dado mucho que pensar. Sobre todo despiertan una gran pregunta: Cuando Podemos habla de cómo solucionar los problemas de la gente trabajadora o de los parados, de los problemas de España… ¿eso es todo lo que se les ocurre contestarles?
