La semana pasada, a propósito de los titiriteros, advertía de que a Carmena no le iban a dar ni un minuto de respiro y porqué. En efecto, en esta semana le han metido dos dedos más en el ojo: un concejal zarandeado insultado y vilipendiado en los disturbios provocados por unos “antidisturbios” y una concejala amenazada de cárcel por “su falta de respeto a la Santa Madre Iglesia”.

 

Si te metes en la piel de estos concejales te das cuenta de lo duro y amargo que les resulta el tratar de llevar la DECENCIA a la política. Si exceptuamos esto, es para reírse: un Ministro de Interior autor de la Ley Mordaza que no se aplica la sudodicha mordaza: que incita a los escrachadores para que le den “su propia medicina” a sus enemigos políticos; jueces llevando al banquillo de los acusados a una política llamada Rita que no es la Barberá; un fiscal defendiendo a una Infanta mientras su defensor va dando cabezadas de aburrimiento…

 

Hay que resaltar no obstante, prescindiendo del fastidio y sacrificio que estos acosos les supone a los políticos del cambio, que a la izquierda le están viniendo muy bien estas campañas pues no cabe duda de que lo que no es mediático no existe y las fuerzas progresistas no tienen medios de comunicación a su servicio donde exponer sus ideas sin ser malinterpretados o vilipendiados. Por eso nos vienen muy bien a todos estas apariciones diarias de ministros, Rajois, Felipes, Indas y Maruhendas para mantener viva la visión verdadera del problema de este país: la profunda corrupción de la mayor parte de esos políticos que han logrado convertir a las instituciones en un inmenso basurero mafioso.

 

Afortunadamente ya no resulta tan necesario ni imprescindible que un Pablo Iglesias haya de salir en la tele a explicar por qué a una Rita se la juzga y a la otra no. La gente, en su mayoría ya se da cuenta de ello. La prueba es que aunque echen mano de camiones de basura, aunque tiren de hemerotecas, de archivos policiales, de Venezuela o de Irán, cada vez engañan menos. Aunque cara a las elecciones manipulen las encuestas, las supuestas peleas entre líderes, manejen supuestos “escándalos” antidemocráticos y toda clase de noticias falsas o tóxicas contra dicha dirección lo que de verdad viene ocurriendo y no saben cómo manejar es que el crecimiento en cantidad y calidad de las fuerzas regeneradoras está resultando exponencial.

 

Sí. Exponencial. Ejemplo: en la Cataluña de “las elecciones plebiscitarias” aquella que montó Mas con la ayuda de Rajoy, el resultado de los que no entraron en el falso juego fue pobre, pero otra cosa fue cuando llegaron las elecciones de verdad, las generales: ahí Podemos fue la primera fuerza. Afortunadamente la gente no es tonta.