Echar el carro por las piedras

Viernes, 29 Enero 2016 19:54

En el pleno de esta mañana, algunos miembros del Gobierno local han perdido por completo la compostura, al no encajar la decisión tomada por la junta directiva de Ciudadanos, que ha impedido a su grupo municipal que apruebe los presupuestos municipales de 2016. Si los de Ciudadanos son la marca blanca del PP, es evidente que lo son independientemente de que aprueben los presupuestos o los rechacen. Si los representantes de Albert Ribera en Sagunto no tienen ninguna ética, está claro que no la tendrán con independencia de que den luz verde a las cuentas municipales de 2016 o las voten en contra. Es decir, los políticos no son guapos o feos, honestos o deshonrados, éticos o corruptos, en función de que sean buenos o malos compañeros de viaje. Hay que ser serios.

Es verdad que Ciudadanos es un partido de corte neoliberal, igual que el PP, pero sin corruptos. El que los naranjas sean conservadores no significa, ni mucho menos, que no se pueda llegar a acuerdos con ellos. Hay que tener la mente más abierta, por ejemplo, el Bloc, que hoy forma parte de Compromís, apoyó en 1997 un voto de censura contra el alcalde socialista Manuel Girona, situando al frente de la Alcaldía al popular Silvestre Borrás. Entonces, nadie se rasgó las vestiduras, es más, el Gobierno que formaron el PP, con el CIPS de García Felipe y el Bloc de Manuel Civera, ofreció muy buenos resultados a nivel de gestión.

Lo que necesita el actual tripartito es consolidar su mayoría. Con Ciudadanos tenía algunas posibilidades de ir capeando el temporal, aunque fuera con acuerdos puntuales, pero después de insultarlos hasta hartarse, ya veremos si los ediles naranjas no se aferran más a la oposición. Poca materia gris, desde luego.

Es necesario que el tripartito y el PSOE se entiendan. Me consta que el obstáculo es Crispín, pero si el PSOE se presentó a las elecciones con un determinado cabeza de lista, ¿quién es el tripartito para cuestionarlo? Los socialistas, que en este momento están en una situación poco definida, pues no son ni Gobierno ni oposición, también deben de favorecer el entendimiento con el tripartito y, finalmente, culminar una alianza para toda la legislatura.

Tras la constitución del PSOE en Sagunto y la elección de la nueva ejecutiva local, donde Francisco Crispín es el presidente, creo que el alcalde y sus socios de Gobierno deberían de reconsiderar su negativa a que Crispín se integre en el Gobierno de la ciudad y, salvado este escollo, constituir una amplia mayoría que les permita gestionar el municipio sin cortapisas. ¿Tan difícil es? A mí no me lo parece.


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