Parece ser, se habla, que Izquierda Unida se plantea después del desastroso resultado de las elecciones pasadas, de una posible refundación siempre con la idea de adaptarse a los nuevos tiempos y dotarse de una estructura que le permita competir en mejores condiciones que hasta ahora. Está claro que algo tienen que hacer.
Hemos oído hablar de esta necesidad, entre otros, al joven Garzón y, dado que su actual prestigio público y también partidario es muy alto parece que hay bastantes posibilidades de que convenza a los suyos para acometer en breve dicha tarea. Está claro que algo tienen que hacer. Da la sensación de que si no han abordado todavía esta cuestión es porque aún no está resuelta la investidura de un nuevo gobierno y por tanto, existiendo la posibilidad de nuevas elecciones no parece deseable que ambas cosas coincidan en el tiempo. Probablemente los trabajos, reuniones, debates, etc, para acometer la susodicha refundación se darán en cuanto esta cuestión se resuelva.
A mí, personalmente, me duele ver a la formación que tantas veces he votado, sumida en la debacle de un nuevo fracaso que esta vez, al menos a mí me lo parece, no será circunstancial sino histórico. Un fracaso que esta vez es irremediable debido a que se han ido quedando poco a poco sin espacio político. De poco les ha servido encontrar, esta vez sí, un líder potente, joven y con carisma que sabe ganarse el respeto de la gente. Tarde. Pero sigue siendo claro que algo tienen que hacer.
Yo creo que la refundación se realizó hace ya dos años cuando Pablo Iglesias, Monedero y compañía se salieron de IU porque no se les escuchaba ni se les valoraba. Ellos hicieron desde fuera lo que no les dejaron hacer desde dentro y, para mí y muchos otros esa ha sido la verdadera refundación. Ellos tuvieron el suficiente talento y determinación para hacerlo y hoy se han adueñado del espacio político de la izquierda. IU, con refundación o sin ella se ha quedado sin ese espacio: sigue estando clarísimo que algo tienen que hacer, pero como IU ya no tienen nada bueno que hacer. Electoralmente cada vez sacará peores resultados, pero mientras exista y se le vote, lo único que puede conseguir es hacer daño a su otro yo, a Podemos.
Mucha gente se ha dado cuenta ahora de su error al barajar ese millón y pico de votos que tan necesarios hubiesen sido para que Podemos hubiese logrado el soñado sorpaso. La gente no volverá a cometer ese mismo error. Nadie necesita dos partidos de izquierda, nadie necesita divisiones. IU algo tiene que hacer y, en estos momentos, es hacer honor al enunciado de sus propias siglas y se comporten como tal: como gentes de izquierdas que están por la unidad.
