Elecciones, pero menos

Lunes, 23 Noviembre 2015 10:31

En los próximos días y fechas se van a llevar a cabo en los centros escolares públicos dos procesos bajo el denominador común(y pretencioso) de unas elecciones, o electorales, que determinarán, lo primero, quiénes alcanzarán el prestigio social(sic) de ser representantes de padres y madres en los inoperantes, mortecinos, acomodados, ninguneados, floreros en definitiva, Consejos Escolares(órganos de gobierno colectivo, qué risa tía Felisa) de los mismos; y en un posterior proceso(ya iniciado)en paralelo, se van a seleccionar, nombrar y cesar(¡mentira cochina! los que difunden que se va a “elegir”) a las Directoras y Directores que consigan mando en plaza, de esas temerosas, acartonadas, acomodadas, desorientadas y  reprimidas “Comunidades Educativas” de tan rimbombante denominación pero de tan exigua materialización(aunque no desentonen en el  general tono social).

Su justificación está basado (para los amantes de la Constitución de 1978) en el artículo 27 de la misma, que, con carácter general, recoge que “los profesores, los padres y en su caso los alumnos intervendrán en el control y gestión de todos los centros sostenidos por la Administración con fondos públicos, en los términos que la ley establezca”. Dicen los que estuvieron por allí que este artículo tan ingenuo generó “los más enconados debates en el proceso de elaboración de la Constitución de la bota al cuello. Esa “ley” y su desarrollo, y sobre todo su aplicación, su “prostitución” ante el poder político, y ninguneo, junto a la insensibilidad reinante actual en el profesorado ante esos procesos, y en los padres, y su delegación de competencias, y el nulo interés del poder político por profundizarlos y ponerlos en valor, ha hecho que esos procesos hayan perdido casi todo su valor defendible en su día, y sólo estén sirviendo de fachada y adormidera. Todas las “LOs” lo tuvieron claro: cuánto más papel mojado, mejor. La LOmce es ya el “más lejos no podemos llegar a riesgo de que nos lleven al Constitucional, aunque sea propiedad de Rajoy”.

En el primer proceso a desarrollar, más allá de un cartel editado por la Consellería que con desgana se coloca en los tablones de anuncios por parte de los Secretarios, algún post de las Ampas en sus faces y twite, o correo electrónico a sus afiliados para que compartan o retwiteen, y un ineludible Claustro(por normativa) de trámite, fastidio y resignación,   con el “pescao”  vendido, en ocasiones “por sorteo” o  acordado en el recreo, o en el despacho de la Directora/or, todo solucionado. El proceso electoral “con los alumnos”, generalmente “orientado” por los Jefes de Estudios es ya la criba de los “buenos comportamientos frente a los malos”(sic) en innumerables situaciones. El personal de servicio, elegido, claro, es imperecedero y perpetuo: generalmente los conserjes, que para eso son fijos y en ocasiones disfrutan casa pública. No dan sobresaltos. La elección del representante Municipal cuenta con el voto favorable de la Corporación como no podía ser de otra forma, aunque vayan pocas veces(cuando es “necesario”) y no se sepa muy bien qué aporta a la gestión y control.  Las estadísticas de participación,  efectividad y sinceridad del sistema, ya apuntaban maneras en el año 1995, recogidas por Fernando Gil Vila en su libro “La participación democrática en los centros de enseñanza no universitarios”. Si volviera a escribirlo hoy sería mucho más desmoralizador hablando de la participación entre los padres. Si los profesores/as votan más y se mantienen su participación es por pura protección de intereses funcionariales y laborales, y porque los Claustros son obligatorios: ya que estás allí, te sientas, y votas (ni siquiera está bien visto el no votar, lo que pone en alerta al sistema). No se pueden quedar “en minoría” en el Consejo ¡peligro! Y así.

Ahora: qué proponen esos candidatos/as, a qué se comprometen, con qué objetivos se presentan, con qué aportaciones, con qué trayectoria  ética, educativa, de enseñanza, con qué convencimiento de qué es lo necesario para mejorar la educación y la enseñanza pública, cuándo, en qué momento y con qué mecanismos van a dar cuentas?  Miren en las páginas y Blogs de los centros del Municipio(o de las Ampas, pueden darse una vuelta, hombres y mujeres), y lean sus programas, sus reuniones explicativas previas, sus proclamas, las fotos de sus actos electorales, su cartelería (incluso, las fotos de los que aspiran a representarle). A lo más: la lista de los candidatos de cada sector.

El otro proceso, el  de selección, nombramiento o cese  de las Directoras y Directores es ya otro cantar. Un bochorno, me parece a mí. Ingenuo el que se crea que es una elección; malintencionado o ignorante el que afirme que “se van a elegir”. Llamados a ser los representantes de la  Administración en el centro (tiene su lógica si se trata de hacer cumplir la normativa y llevar adelante los planes de la misma, por ejemplo) también dicen aspirar a representar a su comunidad educativa. Siempre es difícil servir a dos señores. Si un señor te insta, y acabas dócilmente ordenando al subordinando, haya o no haya motivos y justificaciones, mal vamos. Y  se acabó: si no lo haces, no llegas; o si llegas, sorteándolos o porque “in extremis” te necesitan, y no ordenas: valoración negativa (generalmente subjetiva) y a tu casa(da igual tu competencia, tu programa, tus apoyos, tu trayectoria, tu capacidad contrastada y tu empatía con el subordinado). Estos azules pasados, desprestigiados por la corrupción y torpederos de la Escuela pública de la mayoría social,  que ahora momentáneamente han ido al banquillo político, hicieron un trabajo fino en este sentido: Directora/or querido por la masa…catapum. ¡Liquidado, Almoines querido! Aspirantes a hacer carrera, servicios, y ganarse un extra para sobrellevar la hipoteca (legítimo): seleccionado, “elegido” y nombrado ¡Nunca cesado, salvo rana! Vayan, vayan: analicen sus Programas a la Dirección, y sus Memorias de los que aspiran a repetir, que seguro estarán publicadas en sus web, blogs, tablones de anuncios y así,  para general conocimiento, valoración, fomento de la participación responsable y el interés… Vivan la sesión de Consejo Escolar próximo (si lo anuncian y si les dejan entrar) que deberá votar un Sí o un No (novedad introducida por los responsables políticos nuevos, intentando sortear la LOMCE, creo yo, o quizá, ingenuo de mí).

En fin: que ya sé que me aparto de la versión dominante de las cosas, que me expongo a la malevolencia de políticos mandados al banquillo  y de los funcionarios “seleccionados”  que dejan blindados. Por supuesto también a un cierto grado de incomprensión y de malentendidos interesados por parte del público asistente. Pero qué quieren que les diga: nacimos para ser objetivo, diana, blanco, liquidación. Un día, siendo estudiante, antes de que agonizara, ya peleábamos por la democracia, la participación, el control y la gestión en los centros públicos de enseñanza. Cuanto ni más ahora para dejar de hacerlo y tragar café descafeinado y aguado. ¿O esto no es un programa, un decantamiento, una propuesta, un voto y una elección?


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