Hurtando, que es gerundio

Martes, 13 Octubre 2015 10:41

Hace unos pocos días se ha celebrado el Día Mundial (sic) del Profesorado; rutina, como tantas otras, venida a menos, incluso desconocida en Claustros y ausente de la conciencia individual de la mayoría (inmensa) de docentes (no se pagan ni una caña para celebrarlo, y en algún caso, hasta pueden cargan la factura de celebración al presupuesto ordinario). Ante esta constatación, y como persona (funcionaria, eso sí) empleada en la docencia desde hace 30 años, quiero aprovechar esta nueva  entrada de Cascorro para formular unas humildes reflexiones sobre los docentes, los maestros, los profesores, los enseñantes, que hurtan dedicación, esfuerzo, compromiso, rigor, transparencia, obligación, ética y moral, durante días, meses, años y lustros, y capan (incluso sin ser conscientes) mentalmente, educativamente, socialmente y como personas libres, únicas, portadoras de derechos, a nuestros alumnos(dejémoslo ahí).

En primer lugar estaría deseoso que la sociedad fiscalizara con más asiduidad, más instrumentos,  menos miedo y más decisión, su labor, su función, sus resultados, sus autocondecoraciones, sus lamentaciones, sus papeles, sus actitudes, sus horarios, sus programaciones, sus Ciclos, sus Departamentos, sus Cátedras, sus oposiciones, sus evaluaciones, sus actas, sus Acis, sus decisiones, sus reivindicaciones… para evitar el desprestigio en el que están (estamos) sumidos, y que, con los votos de esos mismos docentes a los gobiernos de turno, éstos han incrementado el susodicho desprestigio, formando parte de una estrategia de Fin de la Escuela, de la que los docentes (funcionarios o no)no son, ni por aproximación, conscientes. Nunca hemos estado, ni estaremos bien formados (sencillamente porque no interesa). Valorados, depende. Si es cuando te dejan en la puerta cada mañana a sus retoños, los clientes a veces exclaman: ¡qué héroes!; para después, y seguidamente, ponerte “nota” en el cafetito y croissant de la cafetería u horno de la esquina. O por wuasap (mecanismo más reciente, extendido y difundido). Como valoración positiva objetiva no tendrían que valer los piropos interesados de carguillos, aspirantes a concejal o candidato electoral, sindicaleros (que viven liberados media vida laboral, justificados por aquellos), revistillas de educación o gremiales (miman el sustento),editoriales y, por resumir e ir acabando, teóricos de la educación y la enseñanza que, nunca, o hace miles de cursos, no han pisado un aula, no han participado en un claustro, en cuyo caso, valorarían de otra manera. Excepciones, claro, siempre hay.

Cómo no, me gustaría cuestionar que, en estos años de estafa generalizada (que no de crisis) por parte del capital financiero y productivo, y por ende de sus Gobiernos a distintos niveles competenciales, los docentes se hayan mantenido firmes (sic) en la defensa de la educación. Sus “autoridades” educativas (insisto, a los que los propios docentes han votado ¿o es que son todos antisistema?) han sido los encargados de optar conscientemente por los recortes sociales (derecho a la Educación) en primer lugar.  Y claro,  afectando a los derechos laborales del funcionariado y empleados públicos docentes, pero que  si los comparamos con el resto de trabajadores lo ha sido levemente, y se me antoja, de cara a la galería. Timorata me ha parecido esa “defensa”, y cuando se visualizó en alguna controlada, dividida, oportunista política y sindicalmente, convocatoria, lo fue para defender “lo mío” intentado implicar a los clientes. Claro, no se molestaron en mostrarles, transparentemente,  toda la realidad de los centros, el destino de los gastos al detalle,  su propia actuación como docentes “recortados”. Se “enfurruñaron” con los clientes (esa es mi constatación) porque no les apoyaron “a tope” y suprimieron las salidas y actividades escolares. Pocas muestras podrán encontrar en  las hemerotecas de “solidaridades claustrales” con los más golpeados por la estafa.

Podría emplear un párrafo más en relatar decisiones gubernamentales durante estos últimos años que han supuesto, por ejemplo, reducción de plantillas; pero también, otro añadido para cuestionar en qué, cómo y para qué se utiliza esa plantilla en muchísimos centros de enseñanza ¿han oído hablar de las horas de “materiales curriculares”? ¿De los “desdobles”? ¿de los apoyos? Y eso tanto con el anterior gobierno del Estado, el actual, el anterior gobierno autonómico, y después de cien días, me temo que también con el actual. No hablemos de la UNED, a nivel municipal. No se pueden quejar de los recursos de plantilla empleados en sancionar a los díscolos que les molestan o no comparten sus decisiones.

La LOGSE, vendible en el papel y en el contexto de la época, sin financiación, fue un fiasco de socioslistos. La LOE ya ni te cuento. La LOLA “se fue a los puertos”. La LOMCE, ya, el acabose. A su gobierno impulsor ¿hubo algún docente, profesor, maestro, que le votó? Digo yo que sí. Es más: intuyo que mayoritariamente, ansiosos de comprar motos(otra cosa es que después se llevaran un sonoro chasco). Al empeoramiento de las condiciones de trabajo del profesorado, del personal de servicios educativos y de todos los empleados del sistema educativo en general, le opondría yo el empeoramiento de las condiciones en que vienen nuestros alumnos y alumnas a las aulas: sus carencias de todo tipo, su falta de expectativas, su desgana en vernos todas las mañanas; hartos de que le hagamos repetir los días de la semana en valenciano, inglés y castellano; aburridos de tanto “deber” para casa. De tanto “examen”. Extremos que no dependen del Gobierno de turno. Y eso sí que es un EMPEORAMIENTO con mayúsculas. Y pueden visionary escuchar en la red a George Carlin. Encontrarán una razón o explicación.

Por resumir: tengo la certeza que , después de 30 años de servicio como funcionario docente, y cuatro expedientes disciplinarios, de que el papel de los docentes no se va mucho de otros “papeles” profesionales, funcionariales que están en cuestión; y que podrán celebrar los días mundiales que quieran, pero que algo tendrán que ver y en algo habrá sido necesario sus concurso, para constatar por todo lados “los zorros” en que está sumida la educación y la enseñanza en este sistema: nación, reino, comunidad o taifa. Ni de calidad, ni equitativa, ni promocional, y menos, inclusiva (me viene a la cabeza los nombres de Oltra y Mario, no sé por qué). Si de la cualificación de los ciudadanos va a depender la fortaleza de este país(por acotar), y ésta a su vez de docentes bien formados(antes, durante y en medio), negro futuro. Rajoy es un ciudadano, su cualificación creando aforismos es de altura: “Un vaso es un vaso y un plato es un plato”. Para ejemplo de docente malformado, ya estoy yo.

A laefinitiva, el futuro de los servicios públicos y el futuro de nuestros alumnos, según se van conociendo los renglones del TPPI ¿o es TTIP? (quizá sea TIPP) es desolador. Claro que el de los docentes…con inglés o sin inglés, valenciano o catalán, es…Pero yo estoy ya aniquilao: prontito maestro jubilao. Y a largar con más tranquilidad, haciendo amigos. Me sumo a Carlin: “La educación apesta”. Y añado yo: los docentes sestean. Los padres aparcan. Los poderes se frotan y a los rebeldes los aniquilan. Espero hayan recogido de encima de las mesas claustrales los restos de la celebración Mundial del Profesorado. Yo voy a ver cuánto me queda de jubilación antes de que me la birlen. Será un consuelo.


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Modificado por última vez en Martes, 13 Octubre 2015 10:48

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