El nuevo Gobierno municipal, dentro de su línea política de transparencia y participación, aunque a la oposición no le dice ni la hora, ha empezado este mes de septiembre a retransmitir los plenos municipales en directo. Hay que felicitar, por tanto, al nuevo alcalde por esta iniciativa que permite a los ciudadanos de Sagunto, estén donde estén, seguir los debates plenarios sin perder detalle. Repito, mi felicitación al señor alcalde y a los partidos que sustentan el Gobierno tripartito de Sagunto.
Hace ya mucho tiempo que no voy a los plenos, pero el pasado martes pude seguir la retransmisión de la sesión ordinaria de septiembre por internet. Sabía que, durante los últimos años, se había degradado mucho el nivel, aunque no esperaba que fuera tanto. El pleno de septiembre podríamos calificarlo de espectáculo circense, de ahí que se me ocurra proponer al Gobierno local que cobre entrada. No mucho, 6 ó 7 euros. Aunque reconozco que hace falta tener mucha afición para 'chuparse' un pleno entero, la verdad es que la diversión está asegurada.
El señor alcalde, que, para el que no lo sepa, es profesor de instituto, trata a los concejales como si fueran alumnos traviesos. Además, como ha estado tantos años en la oposición, todavía no ha cambiado el chip, y siempre tiene que hacer uso de la palabra en último lugar para replicar a la oposición. ¿Se imaginan ustedes al presidente del Congreso de los Diputados dirigiendo los debates de esta manera? Supongo que, con el tiempo, el señor Fernández irá atemperando su forma de actuar. Por si le sirve, le recordaré a don Francesc que Alfredo Castelló se distanciaba del fragor de los debates con un buen cuaderno de crucigramas. Ya sé que no es muy ortodoxo, pero ayuda.
Y qué decir del resto de concejales. La sobreactuación está bastante generalizada en la mayoría de las intervenciones, sobre todo, cuando hay un público afín del que se busca el aplauso fácil. En ese afán de mostrarse más cargado de razón que el adversario, algunos, a poco que se lo propongan, terminarán, a base de golpes, clavando el atril en el suelo de la sala consistorial.
En medio de tan poco nivel, si que se aprecia una alineación, cada vez más frecuente, entre PP, IP, Ciudadanos y PSOE. Los socialistas no quieren que la ciudadanía los relacione con la derecha y, mucho menos, con los segregacionistas, pero el devenir de los acontecimientos va configurando unas alianzas que para nada son nuevas en este ayuntamiento. Acuérdense que los del Bloc, hoy Compromís, también se somaron a la moción de censura contra el alcalde Girona y estuvieron gobernando con el PP desde 1997 a 2003.
