Primera fila

Viernes, 18 Septiembre 2015 20:29

Durante este verano, en el festival Sagunt a Escena, muchos de los espectadores se han encontrado con la desagradable sorpresa de que, pese a producirse cambio de gobierno, tanto en el Ayuntamiento de Sagunto como en la Generalitat Valenciana, hay costumbres que no cambian, como, por ejemplo, la de reservar en todas las representaciones la primera fila de las gradas del teatro romano para la gente importante, los invitados VIP, que, encima, ni hacen cola, ni pagan la entrada.

La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, una de las primeras medidas que tomó cuando llego al cargo, fue renunciar al palco que el consistorio madrileño tenía reservado en la Sala de Ópera del Teatro Real de Madrid. Exactamente igual que aquí, que hasta en la última representación de Sagunt a Escena Creix, donde actuó Xavi Castillo, la primera fila del teatro romano estaba reservada, donde, por cierto, cabrán bien acomodadas alrededor de 60 ó 70 personas. Muchas reservas, ¿no?

La pregunta del millón: ¿realmente necesitan reservar toda la primera bancada del teatro romano? Me parece bochornoso que actúen de esta manera opciones políticas que si se han caracterizado por algo, es por denunciar estos privilegios del Partido Popular. Si todos somos iguales, no tienen porqué existir estos favoritismos, aunque también comprendo que si viene algún alto cargo de la Generalitat o ilustre visitante, se tenga cierta cortesía, lo cual no implica, ni mucho menos, reservar toda la primera fila. Esto me parece, además de una falta de respeto al resto de espectadores, impropio de gente horrada, porque, si a los ojos de todo el mundo actúan así, en privado ¿qué no harán?

La verdad es que en este aspecto no se puede decir que se hayan notado los nuevos modos del las opciones políticas emergentes y de izquierdas, que tanto han criticado los privilegios del Partido Popular, de la casta, con mucha razón, desde luego, pero, por favor, ahora no actúen ustedes igual que los conservadores. Esto es lo mismo que investirse de transparentes y participativos y luego, en el día a día, ser más opacos que los anteriores gestores.

Esperemos que los nuevos gobernantes del municipio de Sagunto vayan asumiendo que ahora, que llevan las riendas de la ciudad, tienen que intentar cumplir lo que han venido predicando y prometiendo durante estos años de travesía del desierto, que tampoco es tan difícil. Para incumplir las promesas electorales o hacer lo contrario de lo apalabrado, ya hay bastante con don Mariano Rajoy, ese gallego que tenemos por presidente del Gobierno de la nación, que ha engañado a todos los españoles como a chinos.


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