Este domingo se cumplen los 3 primeros meses desde que el nuevo Gobierno asumiera las riendas de la ciudad. En apenas cien días, el señor Fernández ha logrado que los cuatro partidos de la oposición: PP, PSOE, IP y Ciudadanos, que reúnen la mayoría absoluta, se pongan de acuerdo para comparecer juntos ante la prensa y dar a conocer su posición sobre la actitud que viene manteniendo Compromís, EU y ADN con relación a Lafarge y el ninguneo a la oposición. Dentro de ese periodo de gracia de cien días, los agentes sociales más representativos: Asecam, CC.OO. y Aceisyc, ya han mostrado su malestar, al haber sido despreciados e ignorados por el Gobierno a la hora de elaborar el plan de empleo. Aún no han pasado los primeros cien días y ya se ha producido la primera manifestación en señal de protesta por lo que está ocurriendo con las obras de la calle Valencia.
Cuando el nuevo tripartito se hizo cargo del Gobierno, aseguró que la transparencia y la participación iban a ser sus señas de identidad, pura propaganda. La realidad dice todo lo contrario, tanto, que de este Gobierno ya se puede afirmar que es bastante más opaco y menos participativo que el anterior. Si el señor Castelló hubiera despreciado a los miembros del CES y ocultado o retenido información a la oposición, como hace el actual equipo consistorial; no les quepa ninguna duda de que el nuevo alcalde lo habría tachado, como poco, de fascista; perdón, feixista, que lo dice en catalán.
Al margen de la manifiesta opacidad del actual tripartito, lo que clama al cielo es lo que ocurre con la actuación en la calle Valencia; se mire como se mire, una obra menor. Si los vecinos del núcleo porteño hubieran salido a protestar, siempre se podría pensar que los infieles de IP, esos sátrapas con cuernos y rabo, eran los autores intelectuales de una protesta organizada contra su ‘divinidad’, pero en Sagunto ciudad, donde 4,5 ciudadanos de cada 10 han votado al señor Fernández, está claro que lo que alienta esta manifestación es el hartazgo de unos vecinos, ante unos gestores municipales, que, visto lo visto, son manifiestamente incapaces de resolver el estancamiento de esta actuación. Por mucho menos, el señor Fernández, en sus airadas ruedas de prensa contra el anterior Gobierno, tachaba al señor Castelló de inútil, incompetente e incapaz.
Nuestro alcalde, en la oposición, repitió una y otra vez que el ayuntamiento se podía gestionar con 3 liberados. Ya estamos viendo los resultados de su Gobierno, cuya competencia todavía está por acreditar, pero no su coste, pues ya sabemos que es el más caro desde la apertura democrática.
