El 8 de agosto de 2014 se publicaba en papel la última edición de El Económico, mañana, por tanto, se habrá cumplido un año sin papel. Cuando se anunció que desaparecía la edición impresa, muchos pensaron que llegaba el fin de este periódico. Sin embargo, un año después, continuamos informando más y mejor. Nuestro principal objetivo pasaba por mantener los niveles de calidad que, desde siempre, ha intentado ofrecer este periódico. Creo que seguimos distinguiéndonos, a mucha distancia, de los periódicos comerciales, donde la publicidad se mezcla con noticias viejas y poco elaboración.
Un año después, El Económico sigue creciendo en audiencia. De las 2.000 personas que el año pasado leían cada 10 días el periódico en PDF, ya hemos superado con creces las 4.000, que ahora reciben todas las semanas el periódico en 'papel digital', además de las alertas informativas. Dado que semanalmente se registran nuevas peticiones, al finalizar este 2015, ya serán alrededor de 5.000 los ejemplares que se remitan por correo electrónico todos los viernes. Este dato refleja que el crecimiento experimentado en tan solo un año ha superado el 100%. En cuanto a la edición diaria por internet, también ha sido muy llamativo el crecimiento de visitas y usuarios diferentes; así, por ejemplo, en julio de 2014, según Google Analytics, eleconomico.es registró 45.213 visitas, 23.076 usuarios diferentes y 80.776 páginas servidas. Un año después, en julio de 2015, esos datos han sido ampliamente superados: 66.378 visitas, 34.918 usuarios diferentes y 129.544 páginas vistas.
Transcurrido este primer año sin la edición impresa, el balance es positivo: se mantienen los parámetros de calidad exigibles para lo que se podría considerar prensa seria, que era el objetivo número uno, y, como consecuencia de ello, se experimenta un crecimiento exponencial en número de lectores, tanto en la edición semanal en PDF, como en la digital. Los primeros beneficiarios son nuestros lectores, que, a coste cero, siguen recibiendo información puntual y veraz de lo que sucede en el Camp de Morvedre. Los anunciantes son los segundos beneficiarios, que desde el primer momento apostaron por esta nueva etapa de El Económico, y que, con unos costes ciertamente bajos, están obteniendo un mayor rendimiento publicitario. Es evidente que el papel, publicitariamente hablando, ya no resulta interesante, es caro y poco efectivo.
La verdad es que esta transición no habría sido posible sin la fuerza y la solera de una cabecera, como es la de El Económico, que, como ha venido haciendo desde 1986, continuará informando puntualmente a sus lectores.
