Me proponía seguir reflexionando sobre la intencionada creación del precariado como consecuencia de un intencionado proceso político que busca la desigualdad, cuando la actualidad ha querido ponernos un ejemplo tan certero como sangrante: la Conselleria d’Educació renunció a invertir 413 millones en la construcción y remodelación de centros escolares públicos. Decisión quizás de María José Català (la más ideológica de nuestros consellers), quizás del Consell de Fabra al completo.
Lo denuncia Fapa-València, el AMPA del colegio de Alaquàs Ciutat de Cremona -modélico en su lucha para impedir que su colegio desaparezca-, así como otras AMPA a las que se les prometió que los colegios de sus hijos e hijas iban a ser por fin construidos o remodelados. Dichos centros y otros muchos forman parte del plan Creaescola, para el que la Generalitat había recibido 800 millones en dos créditos a largo plazo del Banco Europeo de Inversiones (BEI) con un tipo de interés por debajo del de mercado, dado que el BEI tiene por objeto potenciar proyectos europeos de relevancia social. La condición necesaria era que la Generalitat invirtiera otros 800 millones y que el dinero se empleara en los proyectos presentados. Pero lo cierto es que el gobierno popular solo invirtió 200 millones y como consecuencia 32 AMPA elevaron su queja al comité de reclamaciones del BEI.
Lejos de rectificar, la Generalitat negoció en secreto con la entidad luxemburguesa un plan de acción en el que ha preferido devolver parte del dinero prestado que invertirlo en construir colegios, porque había según ella un exceso de financiación –asómbrense los que conocen la realidad de los centros públicos del País Valenciano- ¡Exceso de financiación! Con los alumnos enlatados en aulas, barracones, centros en mal estado (muchos todavía con placas de fibrocemento) y sufriendo una eliminación bestial de líneas escolares en los tres últimos años para beneficiar a los amigos de la privada. ¡Exceso de financiación! Solo en el Camp de Morvedre, que es una comarca pequeña, hace falta un nuevo parvulario en Villar Palasí, otro en Victoria y Joaquín Rodrigo, un instituto en Puerto de Sagunto y un colegio en Gilet, la remodelación del IES Eduardo Merello y del colegio Santa Anna de Quartell, un centro integrado de Formación profesional, dos aulas más en Benifairó de les Valls y una en Faura y en Canet. ¡Exceso de financiación!
Todo parece indicar que de aquellos 600 millones escamoteados, solo 187 se invertirán hasta 2017 y que 206’5 millones han sido devueltos al BEI (el 50% de los 413 restantes). ¿En qué reunión del Consell se ha tomado esta decisión? ¿Qué parlamento ha sido informado de semejante recorte?
Precariado y adelgazamiento del estado son dos procesos paralelos y necesarios en el negocio neoliberal. La gran artimaña es la privatización paulatina y constante de la gestión de los servicios públicos (en Educación eso se llama: enseñanza concertada). En la Comunidad Valenciana corruptos y neoliberales no necesitan hacer ninguna reválida de la LOMCE: se llevan de nota un 10.
