Juan Carlos Requena Fresno, que perdió las primarias socialistas por solo 12 votos, ha tomado la decisión de no formar parte de la lista electoral que presente el partido a las elecciones del próximo 24 de mayo. A mi criterio, Requena ha hecho lo correcto, ética y políticamente. No porque sea difícil el día a día con Crispín, que lo es, sino porque hay que dejar claro que en política vale casi todo, pero todo no. Requena demostraría tener muy poca integridad, muy poca talla, si formara parte de una lista que va encabezada por alguien que, como es el caso, se ha asociado con los adversarios para adelantar en la curva a los aliados. Como para fiarse de un personaje así.
En los partidos políticos se suele entrar en dinámicas extrañas, dominadas por el pragmatismo. Efectivamente, como siempre es mejor perder que más perder, se recurre con demasiada frecuencia al posibilismo, que, en muchos casos, se lleva a extremos insospechados, cuando no completamente absurdos. Aquí todo el mundo ha hecho ya sus cuentas y todos saben que va a ser muy complicado que Crispín se estrene de concejal, puesto que cobraría bastante menos de portavoz socialista que en su puesto de trabajo, como jefe de sección del Ayuntamiento de Sagunto. La verdad sea dicha, don Francisco no está para perder dinero, que tiene muchos gastos.
Pegarle carpetazo a este asunto, retirarse a los cuarteles de invierno, y esperar a que amaine el temporal, es lo mejor que puede hacer Juan Carlos Requena, porque, con esta decisión, está lanzando un mensaje claro: todo no vale en política, Roma no paga, y, sobre todo, que aquí no vale eso de hoy puta y mañana comadre. Si todos funcionaran en el PSOE con esa escala de valores, los chantajistas profesionales tendrían poca vida, pero al imperar en muchas decisiones el posibilismo, es evidente que la extorsión, el cambalache y los trapicheos, están al orden del día.
El problema no es de Requena, que ha hecho lo que tocaba, claro que no. El problema es del PSOE, que, como se descuide, puede verse en la próxima legislatura del Ayuntamiento de Sagunto con un portavoz de regional preferente. ¿Se puede caer más bajo?, sí; ¿se puede hacer más el ridículo?, también. Siempre puede ser peor, naturalmente. Lo gracioso del caso, es que esto ya se sabía mucho antes de que se celebraran las primarias; por lo menos, desde que Crispín anunció que se presentaba. Visto lo visto, va a ser un poquito complicado que se pueda ofrecer al electorado esa imagen de unidad que tanto necesita el PSOE, para salvar lo muebles en las elecciones del 24 de mayo.
