Recuerdo con nostalgia una noche mágica de verano en la playa de Blanes, hace casi veinte años. Los miles de veraneantes y turistas allí presentes pudimos contemplar y disfrutar de un extraordinario y bellísimo castillo de fuegos artificiales en el mar. No olvido el impacto que me causó y el legítimo orgullo que sentí al saber que dicho castillo había sido obra de uno de los hermanos Caballer, no recuerdo cuál. Los asistentes hacían hincapié en lo buenos que eran los valencianos en esto de manejar la pólvora. Por aquella época se celebraron eventos importantes como aquello de Barcelona 92 ¿recuerdan? y la Expo de Sevilla. Allí también corrió la pólvora, frecuentemente a manos de pirotécnicos valencianos que dejaron muy alta su marca. Éramos deficientes en muchas cosas pero en otras, entre ellas la pirotecnia, no teníamos rival. Posiblemente esa faceta de manejar con arte la pólvora constituya la marca de la casa o, al menos, una seña de identidad valenciana.
Hoy leo que en la plaza del Ayuntamiento de Valencia este año no van a participar con sus mascletades ninguna de las grandes firmas valencianas. Sigo leyendo y me entero de que los famosísimos Bronchú, Antonio Caballer o Miguel Zamorano han tenido que cerrar y otros como Ricardo Caballer y Vicente Caballer de momento bajan la persiana hasta que pase el temporal. Vergüenza. Para estas fallas vendrán pirotécnicos del resto de España a cubrir sus faltas.
La pirotecnia no es una gran industria y los beneficios económicos que pueda reportar al País Valenciano no serán muy grandes ni esenciales para nuestra economía, pero la caída en picado de nuestros pirotécnicos frente a otros, extranjeros o del resto de España, no deja de ser un indicativo más de lo que esta gentuza ha hecho con el país. Ya no se puede caer más bajo. ¿Se puede pensar que en el paraíso mafioso en el que algunos han convertido Valencia las vacas están dejando ya de dar leche? ¿Es posible, como repiten Rajoy y sus monaguillos que ya estemos viendo el final del túnel, o, simplemente, se trata de que las luces que ellos afirman ver a lo lejos no son otra cosa que los faros de la locomotora que viene de frente y que nos arrollará sí o sí?
Siguiendo con el tema de la pólvora, un tema que desconozco al completo, da la sensación de que cualquier día vendrán unos empresarios chinos y se harán con ese espacio de negocio. Sería hasta cierto punto lógico. Ellos fueron los inventores de la pólvora y la manejan extraordinariamente bien. ¿No se han hecho con el Valencia Club de Fútbol sin tener ni idea de fútbol? Si es que se lo ponemos a huevo.
