¿Y ahora qué?

Viernes, 06 Marzo 2015 17:25

Los socialistas de Sagunto ya tienen candidato a la Alcaldía del municipio; cabeza de cartel para las elecciones del próximo 24 de mayo. El ajustado triunfo de Francisco Crispín, en el proceso de primarias celebrado el pasado 1º de marzo, le garantiza encabezar la lista del PSOE a las municipales. De no ser que se monte algún escándalo de grueso calibre, que tampoco sería descartable, Crispín será el número 1 de esa candidatura. Sin embargo, el hecho de que solo haya habido 12 votos de diferencia a favor del vencedor, hace muy recomendable que se tenga que producir la integración, en la lista electoral, de las dos corrientes.

Efectivamente, después de todos los rifirrafes, es necesario que el PSOE salga reforzado, sereno y, ante todo, unido, tras esta consulta de primarias. Es el único camino que les queda para intentar salvar los muebles el 24 de mayo. Si Crispín hubiera obtenido una ventaja de 200 ó 300 votos, es evidente que ese respaldo, casi mayoritario, le proporcionaría más libertad a la hora de confeccionar la lista, pero como su victoria ha sido por tan estrecho margen, no va a tener más remedio que propiciar la integración. Solo de esta manera podrá ofrecer esa imagen de unidad que tanto necesita el PSOE para salir del pozo.

Resulta paradójico que, como ganador indiscutible de las primarias, Crispín no pueda garantizar a los militantes y simpatizantes que le votaron, su continuidad como concejal en la nueva legislatura. Téngase en cuenta que, por ser funcionario del Ayuntamiento de Sagunto, no puede compaginar su puesto de trabajo con el cargo de concejal. Por otro lado, a Crispín, de portavoz del PSOE, aunque esté liberado, no le saldrán la cuentas, puesto que gana bastante más como jefe de sección del Ayuntamiento de Sagunto. Por consiguiente, Crispín solo tiene dos posibilidades para formar parte de la futura Corporación y no perder dinero: ser elegido alcalde o, siendo portavoz del Grupo Municipal socialista en el Ayuntamiento de Sagunto, ocupar también un sillón en el hemiciclo de la Diputación de Valencia. O sea, que si la política de pactos, posterior a las elecciones municipales, no le da acceso a la Alcaldía del municipio, y si tampoco es nombrado diputado provincial, el flamante ganador de las primarias tendrá que renunciar a su acta de concejal para no perder una buena parte de su actual salario. Lo curioso del caso es que, cuando tomó la decisión de presentarse a las primarias, Francisco Crispín no ignoraba ninguna de estas variables.

En definitiva, lo más probable es que Francisco Crispín no llegue a ocupar su asiento de concejal en el Ayuntamiento de Sagunto. Al tiempo.


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