En una reciente declaración, Cayo Lara, hizo una afirmación que, creo yo, estuvo muy acertada. Dijo que los de Podemos están esperando quedarse con los votantes del PSOE y con las infraestructuras y cuadros de IU. Estoy totalmente de acuerdo con esa apreciación. Lo que no me gustó fue el tono en que lo dijo, el tono de alguien que se prepara para defender sus posesiones y que piensa luchar para no dejarse fagocitar.
Yo no conozco a la dirección de Podemos, por tanto no voy a meterme en el jardín de analizar las verdaderas intenciones de estos dirigentes. Lo importante, para mí y para todos los que en el Estado Español queremos acabar con el actual estado de cosas, lo relevante, no es si alguien se come o es comido por alguien, lo importante, repito, es que con los votos que el PSOE supone de su propiedad, con los cuadros e infraestructuras de IU y con las ideas, tirón político y voluntad de cambio de Podemos, más los votantes propios de esta formación, pasaría algo parecido a lo de Grecia: que la izquierda arrasaría electoralmente a la derecha. Después, luego, tendríamos multitud de problemas por resolver, pero todos derivados de una situación real y objetiva: la enorme y monstruosa, dificultad práctica que supondría desmontar el sistema capitalista-neoliberal que emponzoña y malbarata todo lo valioso de este país.
Para llegar a la unidad cualquier fórmula puede ser útil o práctica. Lo importante es que necesitamos una izquierda unida y que esa izquierda es mucho más importante que esa Izquierda Unida, con mayúsculas, a la que siempre o casi siempre he votado. ¿Somos demócratas? ¿Queremos sacar al país de la dictadura de los mercados? Es el momento de demostrarlo.
Vivimos un momento histórico donde está por resolver cómo se va a echar de sus poltronas a los grandes partidos, aquellos que hasta hoy han defendido el sistema neoliberal. Lo que todos los que estamos vinculados a esta idea deseamos y necesitamos es que los que están en posición de sumar y aportar unidad no duden en hacerlo; que los intereses partidistas no supongan vendas en los ojos; que se haga de verdad un ejercicio general de generosidad; que levantemos la vista y visualicemos las verdaderas necesidades de los ciudadanos; que esto no es una cuestión de siglas, que es cosa de siglos de opresión. Que tomemos conciencia todos de que estamos en un momento histórico muy importante, que si en las próximas elecciones no se desaloja de todos o casi todos los aparatos del estado a la derecha, las gentes de este país podríamos ser abocados a un estado de frustración que podría durar décadas. Votemos todos por una izquierda unida.
