No será Jauja

Viernes, 06 Febrero 2015 17:17

De la concentración de Podemos en la Puerta del Sol se está hablando mucho, a pesar del “esfuerzo” que los medios de incomunicación estatales han hecho para que el acto se difuminase. Vimos multitud de cámaras, nacionales y extranjeras, muchas más que otras veces. Luego me contaron que apenas se informó en casi ninguna cadena, que apenas se vieron imágenes en directo. Tampoco fue portada en todos los periódicos.

Se rodaron muchas horas, doy fe de que nunca ví tal despliegue mediático. Un amigo se preguntaba por el despilfarro de tantos medios para luego no editar casi nada. Era un chico joven, aún no sabía que aquellas cámaras estaban para captar todo lo que pasara, que luego, con esos mimbres, los editores confeccionan sus pasteles según el interés de sus amos. Sabido es que la libertad de prensa no es más que la libertad de los dueños de la prensa.

Lo que ocurrió es que no hubo ningún percance que desluciera el evento; nadie, entre aquellos cientos de miles de personas, realizó ningún acto reprobable o vandálico que valiera la pena reproducir para descalificar la manifestación, ninguna agresión, ningún insulto, los parlamentos de los que subieron al escenario todos correctos… una auténtica frustración para los Carlos Herrera, los Maruendas y los Indas. Se quedaron sin carnaza.Esta vez la presencia y actuación policial fue la correcta. Se notaba que estaban pero no intimidaban ni provocaban. Parece ser que esto le ha supuesto fuertes críticas a la Delegada del Gobierno de Madrid. Comprensible y natural.

A pesar del frustrado intento de boicot informativo, esta mani ha tenido una repercusión sin precedentes en casi todos los noticieros del mundo mundial donde se ha informado del éxito total de la convocatoria y se le ha dado la importancia que tiene y merece.

Lo que conviene aclarar es que un porcentaje de los que acudimos a esta convocatoria ni estamos en Podemos ni tenemos decidido el voto. Respondemos a sus convocatorias porque nos gusta que se cuestione el estado actual de las cosas, el lenguaje valiente y atrevido, indignado pero sin victimismos, crítico pero dando soluciones y con expectativas de verdaderos cambios.

Los que tenemos una cierta edad distinguimos entre voluntad y voluntarismo, por eso estaríamos dispuestos a aceptar que en un hipotético gobierno de Podemos la economía no mejore o incluso empeore, pero no le perdonaríamos jamás que la desigualdad, no se corrigiese de modo notable, que Hacienda empezásemos a ser todos de verdad, que no se realizase una reforma integral de la justicia, que no viésemos a todos los chorizos en la cárcel. Nadie espera que esto vaya a ser nunca Jauja, pero sí al menos un país digno.


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