Cemex, Montoro y los socialistas

Lunes, 09 Diciembre 2013 10:41

La cadena de ceses y dimisiones que se ha producido en la Delegación de Grandes Contribuyentes de la Agencia Tributaria, tiene su origen en la sanción a la multinacional cementera Cemex, con sede central en Monterrey, México, país donde la corrupción está tan extendida como la pobreza. Según se desprende de las informaciones periodísticas publicadas durante estos días en diversos medios informativos, la inspectora destituida fue apartada del cargo por negarse a incluir en el expediente sancionador un criterio que habría reducido la sanción de 450 millones de euros a solo 15. Este y no otro, es el origen de la crisis desatada en la Agencia Tributaria. Rebajar una sanción en esa proporción  nunca es una cuestión baladí, claro que no, y mucho menos cuando las cifras que se barajan son tan elevadas. Se trata, nada más y nada menos, de una reducción del 97,6% del importe. Para los que, por el cambio de moneda, han perdido la referencia monetaria, recordarles que 450 millones de euros equivalen a 75.000 millones de las desaparecidas pesetas. Un dineral. Y claro, huele bastante mal que en el último momento se busque un resquicio para que la transnacional cementera salga bien airosa, ingresando finalmente el 3,4% de la multa inicialmente impuesta, o sea, 15 millones de euros o 2.500 millones si los traducimos a pesetas.
 
Fíjense ustedes si lo ocurrido será grave, que el señor ministro de Hacienda, don Cristobal Montoro, viendo el cariz que iba cobrando el asunto, no ha tenido más remedio que poner en marcha una efectiva cortina de humo, al más puro estilo Wert, aduciendo que la Agencia Tributaria está «llena de socialistas». Es decir, que, por si alguien lo había pensado, los ceses no obedecen al choque de trenes producido por una presunta injerencia gubernamental para consumar un supuesto trato de favor con el que se podía beneficiar a una determinada compañía, no. Aquí lo que ha ocurrido es que, después de dos años con el PP ocupando la Moncloa, el señor Montoro ha caído en la cuenta de que la Agencia Tributaria está infestada de funcionarios con carné del PSOE. Incluso, también han resultado ser de la cáscara amarga, agentes dobles al servicio del maligno Rubalcaba, los que fueron nombrados hace unos pocos meses por el propio Partido Popular. Increíble.
 
En fin, esta estratagema del señor Montoro no es más que otro disparate, otro despropósito, otro insulto a la inteligencia, que, sin embargo, ha logrado eficazmente apartar el foco de atención de la verdadera causa desencadenante del conflicto en la Agencia Tributaria. Encima le ha salido bien. Lo curioso del caso es que a los socialistas, que no dan una en el clavo, les ha faltado tiempo para caer en la pesada, entrar en el juego, y criticar al Gobierno de España por las supuestas purgas en el organismo público y no por lo que ciertamente tiene enjundia, como puede ser ese posible trato de favor que habría que investigar hasta el final. Aunque todos los implicados pueden dormir bien tranquilos, a pierna suelta, porque aquí no se va a mover ni un dedo para esclarecer lo ocurrido. Ni, desde luego, va a dimitir ningún político. Eso seguro.
 
La verdad es que resulta chocante la salida de tono del incombustible Montoro, sobre todo, porque no hace tanto que nuestro ministro de Hacienda recompuso la cúpula de la Agencia Tributaria, apenas unos meses. Según se desprende de una nota de prensa hecha pública el pasado 9 de julio por el Sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha), el Gobierno de la nación nombró nuevos directores de los distintos departamentos de la Agencia Tributaria. A propósito de estos cambios en la cabeza del organismo, los técnicos del Gestha confiaban en que el Ministerio de Hacienda reenfocara la lucha contra el fraude, «destinando más personal y recursos para destapar la evasión de las grandes empresas y multinacionales que, pese a ser las responsables del 71,8% del fraude total, "son las menos investigadas"», decían. Por lo visto, las sugerencias del Gestha cayeron otra vez en saco roto.
 
Según revela el Gestha en su informe: ‘La desigualdad en crisis: hombre rico, hombre pobre’, la Agencia Tributaria emplea al 80% del cuerpo de inspectores para investigar al sector de la población que comete el 29% del fraude, es decir, los asalariados, las PYMES y los autónomos. Mientras que se van de rositas los que son responsables del otro 71,8% de la evasión de impuestos, esto es, las grandes fortunas y las compañías más importantes. Se puede argumentar que al ser menos contribuyentes también es menor la necesidad de personal especializado, pero desenredar la madeja de ingeniería financiera a la que recurren estos grandes defraudadores para evadir, precisa de mayores medios humanos, esto también es evidente. El Sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda no es la única voz que deja entrever la existencia de un pacto tácito entre el poder político y económico para que los causantes de la principal bolsa de fraude del país puedan actuar con impunidad, pero, probablemente, sí es una de las voces más autorizadas. Recuerden lo que dice este sindicato, que esas grandes empresas «son las menos investigadas», lo cual tampoco será por casualidad.
 
Téngase en cuenta que, según el Gestha, ese 71,8% de fraude representa cada año para el Estado español una merma de ingresos de 42.000 millones de euros y, entretanto, el gobierno de turno va pegando tijeretazos y recortes aquí y allá porque dice que no le cuadran las cuentas. Hay que tener mucha cara y pocos escrúpulos. Si esta panda de delincuentes, me refiero a los defraudadores, pagara lo que le corresponde, es evidente que España estaría de otra forma, pero como aquí los principales partidos políticos, léase PP y PSOE, tienen representantes en los consejos de administración de estas grandes empresas, por cierto, muy bien pagados, parece evidente que entre unos y otros se ponen de acuerdo para que la Agencia Tributaria no les ajuste las cuentas. En fin, que visto lo visto, lo ocurrido con Cemex no es más que la punta del iceberg. De hecho, si la inspectora cesada hubiese ‘tragado’, este caso, como seguramente tantos otros, no habría transcendido.

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Modificado por última vez en Lunes, 09 Diciembre 2013 11:21

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