Hace unos días se publicaba en la edición de papel de este mismo medio de comunicación, un artículo de mi autoría que explicaba algunas de las obras que se han realizado en nuestra cercanía, de una forma caprichosa, con la pretensión de vender a los ciudadanos una política medio ambiental ridícula y sin ningún criterio técnico o resultados que la sostengan.
Pero la realidad es que estos caprichos, han tenido una repercusión económica positiva en los balances de algunas empresas, mientras que el coste ha sido grabado a las arcas del estado que soportan los bolsillos de los ciudadanos.
En el 2001, el Partido Popular fabricó la necesidad de trasvasar agua en grandes cantidades desde el río Ebro hasta la zona centro y sur del mediterráneo español. Esta propuesta escondía tras de sí una ingente obra civil valorada en 4300 millones de euros que hubieran aportado los ciudadanos de las zonas receptoras del caudal del río Ebro. Hubo mucha polémica y esta cuestión que debería haber sido resuelta por técnicos, fue politizada y utilizada como arma arrojadiza entre los dos grandes partidos.
Así las cosas, el PSOE, en cuanto tuvo la fuerza necesaria, derogó el proyecto iniciado por el PP y aprobó junto a otras fuerzas la modificación del Plan Hidrológico Nacional, allá por el 2005, con lo que dio inicio al programa A.G.U.A, que apuesta de forma decidida por la desalación. Este otro programa estaba valorado en 3.900 millones de euros, de los cuales se esperaba que la UE aportara 1200.
Viendo el resultado de la desaladora que tenemos en Parc Sagunt, o las de Orpesa-Cabanes, Chilches- Moncofa y la más grande, la de Torrevieja, uno se pregunta si era necesaria tan ingente inversión. Además con la particularidad de que haga o no haga falta, esa agua mucho más cara que la disponible en estos momentos, será obligatoriamente pagada por los ciudadanos de los Municipios a los que se les ha adjudicado su uso; además los afectados por este engaño correrán con los gastos de amortización, mantenimiento y producción de esas desaladoras.
Y es cuando surgen las sospechas de que estamos siendo sometidos a un timo a gran escala. Porque si realmente no era necesario ¿Quiénes eran los grandes beneficiarios de estos planes hidrológicos? Y la realidad es tozuda, porque quienes han levantado las infraestructuras hídricas van a cobrar de una manera o de otra. Tanto con el trasvase del Ebro, o con el programa A.G.U.A, al final hay una serie de grandes empresas las que han salido beneficiadas con jugosos contratos.
