Ayer tarde estuve en la manifestación en contra del cierre de GALMED. Más de 7000 personas recorrieron la avenida Nueve de Octubre en un evento que recordó a las movilizaciones que se produjeron en El Puerto en la época de la reconversión industrial. De hecho muchos de los allí presentes eran ex trabajadores de AHM, que revivieron una etapa de sus vidas que dejo heridas que todavía no se han cerrado en nuestro pueblo.
Alguno de los comentarios iba en el sentido de que la manifestación no hubiera tenido la misma repercusión de haberse celebrado en Sagunto, algo tan claro y evidente que ninguno de los presentes entramos a discutir. Esto da que pensar, puesto que las diferencias entre uno y otro núcleo de población son tan grandes que no puedo acertar a comprender como algunos se atreven a meter ambas poblaciones bajo el término de "Ciudad de Sagunto", cuando todos sabemos que alcance tiene esa denominación y desde luego, incluso los que la defienden, son conscientes de que El Puerto no forma parte de esa gran ciudad.
Mi compañero Sergio Paz, en tono sarcástico, afirmó que las manifestaciones se celebran siempre en la capital. Y desde luego, que si las cosas estuvieran en su sitio, para aquellos que defienden la actual concepción del Municipio de Sagunto, la capital debería estar en el lugar con mayor número de habitantes, con la mayor parte de la actividad y desde luego, ahora sí, con las infraestructuras fundamentales perfectamente ubicadas para poner en marcha un nuevo ayuntamiento.
Sagunto y El Puerto son dos pueblos diferentes bajo un mismo Municipio; a los del Puerto no nos dejan tener nuestro propio ayuntamiento. Pues en ese caso, mientras cambian de opinión, los de esta parte del Municipio, seamos segregacionistas o no, nos tenemos que dar cuenta de la tremenda injusticia de mantener el Ayuntamiento en Sagunto. Si nos obligan a seguir así, hagámoslo desde la lógica aplastante de que la inmensa mayoría de los ciudadanos de ese Municipio dual, viven en El Puerto.