Unos padres, para ir al cine, que tiene un coste de unos 8€, le dan a un hijo 10 € y a otro 17 €. Si el primero se gasta los 10 € y el otro 15 €, no se puede felicitar al segundo porque devuelve 2 € y el primero se lo gastó todo. Lo cierto es que, independientemente de su asignación, el coste del primero es de 10 y del segundo 15, es decir, que el primero gastó menos y ha sido más eficiente, aunque contaba con menor financiación. Es verdad que el segundo tuvo superávit, pero no por una mejor gestión, sino por una mayor financiación. De hecho, para hacer lo mismo, gastó más y no fue tan eficiente como el hijo al que dimos los 10 €.
En el momento en que se facilitó el dato del déficit de las Comunidades Autónomas, la crítica se centró en un único dato, en una única cifra, obviando el resto de los factores que influyen directamente en dicho resultado. Sólo se habla del dato del déficit.
Cegarse en el dato del déficit de la Comunidad Valenciana del 3,45% del PIB, y establecer una única conclusión: no hemos alcanzado el objetivo del 1,50 %, es simplista, irreflexivo, superficial y, sobre todo, injusto.
En primer lugar, debemos relacionar ese resultado con el de años anteriores para situarlo dentro de un primer contexto evolutivo. El déficit en el año 2011 fue del 5% del PIB, lo que supone que se han conseguido una reducción de 1,55 puntos porcentuales, lo que nos sitúa dentro de la media nacional.
Hay que valorar que la Generalitat ha realizado un mayor esfuerzo de reducción del déficit que el conjunto de todas las administraciones públicas, con un 31%.
Hay que valorar que para lograrla se ha llevado a cabo el mayor ahorro de toda la historia de la Comunidad Valenciana, se han ahorrado 1.972 millones de euros en este último año, es decir, cada día se han gastado 5 millones de euros menos, o lo que es lo mismo, se han gastado 150 millones de euros menos al mes. Lo importante es que este ahorro no se ha conseguido a costa o en perjuicio de los valencianos, ya que, por ejemplo, se han obtenido las mejores valoraciones de los usuarios de la atención sanitaria en los últimos cinco años.
Hay que valorar que el gasto presupuestado de la Sanidad y la Educación en la Comunitat Valenciana en 2012 fue de 10.030 millones de euros. Teniendo en cuenta que la financiación que hemos recibido en 2012 ha sido de 8.321 millones de euros, partimos de un déficit social estructural de 1.709 millones, es decir, un 1,7%.
Hay que valorar que con la financiación recibida sólo cubriríamos parte del coste de Educación y Sanidad, sin tener en cuenta que todavía nos queda el coste de las prestaciones de Bienestar, que contaba en 2012 con un presupuesto de casi 1.000 millones de euros, y de todas las demás competencias que asume la Generalitat.
Hay que valorar que la Comunitat Valenciana es la tercera comunidad autónoma con menor ratio de funcionarios por cada 100 habitantes (2,53), por debajo de la media del resto (2,86). Siendo las comunidades que mayor ratio presentan Extremadura (4,20), Navarra (3,69) y Murcia (3,66).
Hay que valorar que se debe situar el dato del déficit en un contexto de financiación territorial. Si hemos disminuido tanto el gasto, nos debemos preguntar porque nuestro déficit no se ha reducido en igual proporción, y esta explicación la encontramos en el capítulo de ingresos. Los ingresos propios de la comunidad se han visto reducidos en los últimos cinco años a más de la mitad, debido a la actual situación de crisis, pero lo que realmente influye en la balanza es la financiación autonómica, que representa el 75% de nuestros ingresos, el sistema de reparto que se aprobó en el 2009.
Hay que valorar que la Generalitat ha pasado de recaudar 3.084 millones de euros por tributos propios y cedidos en 2006 a poco más de 1.000 millones de euros en 2012. Lo que supone una disminución del 65% en la recaudación por este concepto.
Hay que valorar que un valenciano recibe 2.310 € del Estado, mientras que la media nacional está en 2.521 € per cápita. Este factor es decisivo para el déficit. De hecho, si tuviéramos la financiación per cápita de Cataluña, que se sitúa en 2.688 €, hubiéramos recibido 1.893 millones de euros más y hubiésemos cumplido con el objetivo del déficit. Daré otro ejemplo, si hubiéramos recibido la financiación de Cantabria, es decir, 3.155 € por habitante, habríamos recibido 4.229 millones de euros más y tendríamos superávit. O si hubiéramos obtenido la de Extremadura, que reciben 563 € más que cada valenciano, contaríamos con 2.816 millones de euros más, y nos encontraríamos con un déficit de tan sólo el 0,5 % del PIB.
Hay que valorar que esto supone no sólo que se cuente con menos ingresos de los que nos correspondería, sino que, además, nos vemos obligados a suplir este déficit de financiación aumentando nuestro nivel de endeudamiento para poder mantener las prestaciones sociales, que suponen el 90% del presupuesto de la Generalitat. Es decir, el sistema nos genera unos gastos financieros por el pago de intereses por importe de 900 millones de euros, lo que supone por sí solo un 0,9% de déficit presupuestario añadido.
Esta exigencia de financiación justa para nuestra comunidad la venimos defendiendo antes y ahora, porque es lo que necesitan los valencianos.
Somos una comunidad solidaria, y nuestra balanza fiscal lo afianza, pero en estos momentos todas las comunidades somos demandantes de ayudas y sólo con una financiación per cápita cercana a la media podremos obtener los niveles exigidos.
Lo que depende de nosotros lo hemos cumplido con excelencia, reduciendo el gasto autonómico a niveles históricos y optimizando nuestros recursos al máximo, para seguir prestando los mejores servicios públicos a los valencianos, pero de forma más eficiente.
Espero que tras estas valoraciones coincidirán conmigo en que la próxima vez que vayan al cine los dos hijos, en vez de darles 10 y 17 €, si queremos ser justos, se cambien las asignaciones, y demos 12 € a cada hijo. Los padres serían más austeros, se seguiría haciendo lo mismo de forma más eficiente, se podrá valorar mejor el esfuerzo y el resultado económico de cada uno y se será más justo con ambos.
